La localidad de Borines, en el concejo de Piloña, celebró ayer la fiesta de San Roque. Fue la primera misa del pueblo piloñés la más madrugadora de cuantas se celebraron ayer en la comarca, dado que comenzó a las diez de la mañana, en la capilla que lleva el nombre del santo peregrino. Más tarde, a las doce y media del mediodía, ya en la iglesia parroquial, se celebró una nueva misa, que en esta ocasión incluyó una procesión. Los vecinos acompañaron la imagen del santo y los ramos desde la iglesia de Borines hasta la capilla de San Roque. La jornada se completó con la subasta del ramu que los vecinos habían ofrecido al santo de Montpellier.