Cangas de Onís,

J. M. CARBAJAL

Cada vez que arrecia algún que otro temporal los vecinos de Corao y Mestas de Con, entre otros, en Cangas de Onís, se hacen de cruces al ver el color «amarronado» que fluye de los grifos de sus respectivos domicilios para el consumo doméstico. Algo que se repite bastante a menudo en esos señalados pueblos con el consiguiente peligro de que, al mismo tiempo, se averíen los electrodomésticos que necesiten del líquido elemento -lavavajillas y lavadoras- para su normal funcionamiento.

«Lo que no tiene color es que estés obligado a pagar el recibo que puntualmente te envía Aquagest -encargada del servicio- y no puedas beber agua del grifo, ni ducharte, ni mucho menos poner en funcionamiento la lavadora o el lavavajillas», explicó enojado un vecino de la localidad canguesa de Corao, quien también explota apartamentos de turismo rural. «¿Con qué cara le digo yo a un cliente que no puede lavarse ó bañarse a causa del mal estado que presenta el suministro de agua?», añadió el afectado.

Desde hace algo más de una semana, coincidiendo con la riadona del pasado 5 de febrero, el problema se viene acrecentando. «Te ves en la necesidad de abastecerte de botellas de agua para el consumo doméstico. Es injusto y exigimos de una vez por todas que atajen ese problema que nos trae de cabeza a la inmensa mayoría de los vecinos de Corao, sobremanera cuando caen cuatro gotas», se quejan.

Por otra parte, las lluvias de los últimos días han propiciado la aparición de goteras en la estación de autobuses de Cangas de Onís. Las zonas afectadas son la sala de espera y la cafetería. Las filtraciones son habituales cada vez que llueve con fuerza.