Ribadesella,

Patricia MARTÍNEZ

Abeu tiene unos 54 habitantes estables y el doble, aproximadamente, durante el verano. En las circunstancias actuales, los nuevos vecinos lo tienen complicado para comprar vivienda, ya que «el 85 por ciento del suelo urbano es de una sola persona», según explica el alcalde pedáneo, José María González, más conocido como «Chichi». Este empresario de la construcción retirado enseguida aclara que nada tienen en Abeu contra Jacobo Argüelles, el propietario que concentra la mayor parte del terreno, que «es buena gente y aquí da empleo a varias personas».

Esta familia, en cuyo ánimo estaría que no se construya en el pueblo, paga los terrenos más caros que ningún otro comprador, lo que hace que quien quiera vender lo tenga difícil. «La gente normal no tiene acceso», explica Chichi, al tiempo que destaca que «casas nuevas se hicieron muy pocas, las últimas son de 1982». Hace años que el actual alcalde pedáneo y otras personas porpusieron ampliar el casco urbano de Abeu, un deseo que sigue vigente de cara al próximo Plan de Ordenación Urbana. «Sería la opción para traer más gente al pueblo. Los pueblos, si no se edifican, mueren», añade Chichi, para quien la suya es la localidad «más perjudicada de España por la Ley de Costas, que se mete más de un kilómetro, hasta las primeras casas del pueblo. Si son pocos 500 metros que pongan más, pero para todos», añade. La población de Abeu está bastante envejecida y prueba de ello es que el último nacimiento se produjo en 2011 después de 26 años. «Aquí, el 20 por ciento de la gente igual pasa de los 65 o 70 años», señala el alcalde, que apostilla que no siempre fue así.

En 1960, en Abeu había más de 200 habitantes, una población que se vio cercenada por el éxodo cuando cerraron las minas de fluorita de Berbes y Caravia, donde trabajan unas cuarenta personas. «Marcharon familias enteras con hijos para Ensidesa, Hunosa, La Casera... algunos conservaron la casa, venían todos los fines de semana, y algunos ya no volvieron», rememora el alcalde pedáneo.

Pero Abeu vive en el siglo XXI y Chichi tiene varias ideas para mejorar el pueblo del presente. La principal, la que mayor ilusión le hace, es la de habilitar una senda por el camino que discurre por la costa hasta la localidad vecina de Vega. Este itinerario pasaría por el lugar conocido como Cantu La Braña, un terreno libre de expropiaciones porque es comunal y desde el que se tienen unas vistas «importantes», según el alcalde. Esta senda podría unirse a una ruta muy frecuentada por los turistas en verano, que va desde la playa de Santa Marina al faro, pasa por la localidad vecina de Tereñes y podría atravesar de Abeu a Vega. «Eso es un hervidero de gente por el verano, que viene a coger el Camino de Santiago. Esta es una salida más directa, más corta y con una vista impresionante; se ve hasta Llanes», señala. Según Chichi, la alcaldesa riosellana, Charo Fernández Román, de Foro Asturias, «tiene interés en sacarla adelante». Se trata de acondicionar 1,8 kilómetros de recorrido y una pequeña área recreativa en el Cantu la Braña, una suerte de montículo desde el que la vista humana no alcanza a divisar todo lo que hay a su alcance.

Los habitantes de Abeu acudían a la escuela a San Esteban de Leces y el próximo 1 de mayo se reunirán antiguos alumnos, como ya hicieron el año pasado. Tras reencontrarse en el edificio centenario que les vio dar los primeros pasos, celebrarán una misa y comerán en el Gran Hotel de Ribadesella.