Ribadesella, P. MARTÍNEZ

Cuando plantea un viaje, una persona con algún tipo de discapacidad se informa del grado de accesibilidad que tiene su destino. Hacer que éste sea cada vez mayor e informar correctamente al usuario son dos de los puntos en los que incidió ayer el consultor turístico Víctor Cabal Díaz en Ribadesella. El especialista en turismo accesible -entre otros- impartió un curso organizado por el Ayuntamiento riosellano al que asistió una veintena de empresarios locales. Cómo conseguir que los restaurantes, hoteles, casas rurales y el resto de establecimientos tengan un acceso fácil, tanto física como informativamente, son algunos de los conocimientos necesarios para avanzar en esta dirección.

Cabal Díaz comenzó aclarando que, a menudo, «la información que damos sobre la accesibilidad no es correcta» y recomendó a los hosteleros «ser honestos y capaces de decir lo que somos». El experto en turismo presentó a una pareja ficticia en la que la mujer vive en una silla de ruedas y, al igual que a su marido, le encanta viajar, «pero va a haber sitios a los que pueda ir y a otros que no». Cabal apuntó que «los destinos son mayoritariamente no accesibles» y a esta situación se ha llegado tras «la herencia de fabricar sin diseño universal». Puso como ejemplo de este diseño «el grifo monomando, ya que el de pomo requiere un movimiento que no todas las personas pueden hacer». En cuanto a las nuevas construcciones, Cabal explicó que «las cosas que no se hacen desde el principio, luego quedan como un pegote», como por ejemplo las rampas en determinados edificios.

El experto hizo hincapié en la importancia de que «quienes gestionan los espacios informen de la accesibilidad» porque, si no se hace así, «a lo mejor el usuario no viaja a ese sitio». Pero no sólo está en la arquitectura, también se puede facilitar u obstaculizar en la información escrita de páginas web, carteles, hojas de reclamaciones o folletos. Sobre este último formato, Cabal indicó que «el 35% de los analizados en Fitur era poco accesible».