Las panderetas ya resuenan en Cangas de Onís para honrar a San Antoniu. Aunque la fiesta en honor al patrono se celebra el día 13, los más pequeños se reúnen cada tarde desde el lunes para ensayar y que ese día la procesión salga perfecta. Lo hacen en la calle San Pelayo, a las ocho de la tarde, bajo la supervisión de Fifi Fernández Díaz, que lleva medio siglo inculcando a las nuevas generaciones el amor por la tradición y el folclore. "Muchos vienen en carricoche y aprenden a seguir el ritmo con la pandereta antes que a hablar o caminar. Yo quedo pasmada de cómo mantienen el son", se enorgullece.

Fernández aprendió a tocar el instrumento siendo bien pequeña de la mano de su abuela, Naty la cabraliega, y ahora lega sus conocimientos a las más de cincuenta niñas que hasta el día 12 ensayan con la pandereta, llueva o haga calor. Los varones más pequeños las acompañan tocando el tambor en los ensayos por pura diversión pero el día de la procesión no actúan. Si el tiempo no acompaña, los jóvenes se refugian en un pasaje cercano para ensayar durante media hora.

El único requisito indispensable es que la pandereta lleve amarradas una cinta amarilla y verde a imitación de la bandera del concejo. "Es mejor que no tengan el culo pintado porque suenan diferente", explica Fernández. El listón está este año aún más alto que nunca, pues al coincidir la celebración en fin de semana se prevé una asistencia de público masiva. "De momento, ya están agotados los trajes tradicionales en los alrededores", afirma. A sus 70 años, esta peluquera retirada tiene claro su objetivo: mantener vivo el folclore. "Cuando vine a Cangas con 10 años había procesión de ramu pero no se cantaba. Fue mi abuelo José Díaz Celorio el que trajo una veintena de cantares que ya escribió en Cabrales, cambiando el nombre de San Roque por San Antoniu", explica Fifi. Este año ni ella ni su hija Josefina García marcarán el ritmo con el tambor por problemas de salud pero sí lo harán María e Isabel Blanco junto con su prima Carlota Martínez. "El momento en que suenan las panderetas tras la misa en la iglesia de la que el santo vuelve a la capilla es el más emocionante, se te ponen los pelos de punta", asegura. Sus hijos Isaac, José Luis y David García serán algunos de los encargados de portar los ramos ese día, y la subasta correrá a cargo de Iván Ania.