Fiesta, algún herido de escasa por no decir que de ninguna consideración y humor, mucho humor. Eso fue lo que caracterizó a la original celebración de San Fermín promovida por la peña Luisa Inés en la calle del Quesu de Infiesto que en la noche del miércoles se despidió por todo lo alto con la participación de unas 300 personas.

El éxito de la celebración ya no coge a nadie por sorpresa. Durante todas las jornadas, desde el pasado día 7, fueron muchos los que se acercaron a rendir culto al patrón de Pamplona y participar en unos encierros simulados que arrancaron muchas carcajadas.

"El nivel de participación fue elevado todos los días", comenta Javier Sanmiguel, uno de los principales entusiastas de este festejo, que comenzó hace dos años a modo de broma y que va camino de convertirse en una cita obligada del verano piloñés.

Entre los más satisfechos por esta iniciativa están los hosteleros de la zona, que destacan el poder de convocatoria del San Fermín local y la vida que a Infiesto durante la segunda semana de julio. "Todas las terrazas estuvieron llenas, supone un atractivo para los visitantes y la gente se lo pasa en grande", destaca la hostelera Liliana Barro, que no oculta su entusiasmo por el impacto positivo que supone la fiesta.

Especialmente concurridos estuvieron los negocios durante la jornada de despedida, pues una vez entonado el "Pobre de mí" fueron muchas las personas que se pasaron por los bares y restaurantes a degustar el menú especial de "Los huevos del santu", consistente en huevos, patatas y bacon frito.