La luz es todo en fotografía. Lo dice Antonio E. De Pedro, Doctor en Historia del Arte que expone hasta el próximo lunes la colección de imágenes "Confluencia" en la Casa de Cultura de Cangas de Onís. Se trata de una muestra que recopila 22 fotografías preseleccionadas de un total de 44 en el que el juego de contrastes entre la luz y la penumbra es el principal protagonista. Todas ellas están tomadas en el último año en lugares como Cangas de Onís, Galicia, Oviedo e incluso hay alguna de Tunja (Boyacá) ya que el artista es además profesor-investigador en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. "Lo importante no es ni mucho menos el lugar en el que fueron tomadas ni lo que muestran sino lo que quieren decir", explica el autor. Por eso, De Pedro invita a que el público que se anime a ver "Confluencias" disfrute "sin prisas ni agobios", de la colección, que funciona por pares, a excepción de un tríptico en el que aparece vegetación a orillas del río Sella.
Las fotografías están hechas con su máquina Canon, en blanco y negro, a excepción de tres que gozan de color alterado. Se trata de "Árbol en un río", con tintes fantasmagóricos; "Bosque en un charco", que ofrece al visitante una apariencia casi tridimensional, y "Amanecer en Tunja", tomada a 3.000 metros de altura y que totalmente simula un efecto de tsunami sobre la ciudad.
Es la primera vez que el artista ,que cuenta con numerosa familia en Les Roces, expone en Cangas de Onís. En realidad, los primeros pasos de De Pedro, que preside la Red de Estudios Visuales Latinoamericanos (Revlat), fueron en el mundo de la pintura. El artista inició su trayectoria con los pinceles de manera autodidacta en Venezuela, donde pasó su juventud y donde más tarde recibió formación de José Domingo Marqués.
Desde 2001 a 2003 fue el cofundador y director general de la galería de arte "La Factoría del perro verde", instalada en el barrio de Huertas de Madrid, una experiencia que le sirvió para ver el mundo artístico desde una perspectiva "muy diferente" y le produjo "una especie de cortocircuito" que le hizo abandonar la técnica pictórica. Fue a raíz de este suceso cuando De Pedro, que participó en exposiciones colectivas en el Tokio Metropolitan Museum y en numerosas galerías de Panamá, Venezuela o Colombia, comenzó su coqueteo con la fotografía.
"Siempre me atrajo el mundo de la fotografía porque trabajo con el estudio de la imagen aunque no me puse más en serio hasta hace un par de años", confesó el artista, que visita Cangas un par de veces al año. Una de las cosas que más preocupa a De Pedro es la estética de la foto. "Me gusta que sea clásica, con aire retro, que recuerde a las analógicas y donde lo imperfecto sea parte de la foto", contó el artista, que no aprueba el uso de Photoshop.
La mayoría de las fotos que aparecen en la exposición canguesa están tomadas a una hora muy determinada, según confiesa el artista. "Hay un momento en la madrugada muy difícil de captar cuando está a punto de llegar el día que me gusta mucho. Dicen que es cuando las ánimas se retiran. Alain Corneau capta bien ese punto en la película 'Todas las mañanas del mundo'", explica.
En las fotos de De Pedro no hay paisanaje pero si un paisaje "que invita a la reflexión". Y es precisamente este concepto el que pretende arrancar de su público. "Hay mucha contaminación fotográfica, la gente consume fotos y como se hacen de forma rápida con el móvil se intoxican. Lo importante es dejarse llevar, reposar la vista dejándose llevar por las fotografías artísticas, que más que para mirarlas son para verlas", concluye el artista, que ya trabaja en una nueva muestra fotográfica.
