"En cuanto tenemos constancia de que existen chiringos ilegales a orillas del Sella actuamos de forma contundente". Lo dice el alcalde de Parres, el socialista Emilio Longo que asegura estar librando una "guerra abierta" con todos los vendedores ambulantes que carecen de permisos. "El servicio de obras y la policía municipal actúa desalojando e incautando las mercancías y abriendo el correspondiente expediente sancionador. En lo que va de temporada ya se levantaron un par de puestos ilegales", cuenta. Los posibles riesgos para la salud pública por vender alimentos y bebidas sin control y los perjuicios a nivel estético son dos de los problemas que más preocupan a la Corporación parraguesa.

La situación es muy similar en el concejo vecino de Cangas de Onís, donde la Policía Local procedió ayer a la medición de los chiringuitos de ribera. Uno de los puntos de mayor conflicto se vive a orillas del puente de Torañu, donde un establecimiento denuncia, entre otras cosas, que no se toman medidas contra otro que no estaría cumpliendo el requisito de asentarse a más de cien metros del cauce del río. El acusado se defiende: "llevamos aquí 16 años sin un problema, pagando los seguros, con el entorno cuidado y con una autorización del Ayuntamiento. Los demás negocios también corren las sillas junto al río y colocan allí letreros, se defiende Roberto Castaño.

Por su parte, desde el Consistorio cangués niegan haber autorizado permisos para la instalación de negocios a menos de cien metros del cauce. "Dimos licencias sólo a quienes cumplían los requisitos. Como todos los años la Policía Local hará informes, notificará a los irregulares para que cesen su actividad, y si no, los levantarán", añadió.

A diferencia de otras campañas estivales, para poner en marcha un negocio a orillas del Sella este año es necesario tener además de la licencia municipal, el visto bueno de Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) y de la Consejería de Turismo. Entre la documentación requerida está la presentación de un plano de situación, el croquis de la instalación y una justificación de encontrarse a más de 100 metros del río que solo cumplirían tres negocios: dos en Triongu y uno en Torañu.