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Piloña, a pedir de boca en casa

"Es un respiro no tener que ir a hacer la compra", dicen del servicio de comida a domicilio los usuarios con problemas de movilidad

Neli Melendreras recibe en su casa de Infiesto un menú de manos del repartidor Juan Manuel Iglesias. La acompañan su hija Raquel Pérez, su marido Alfonso Pérez y la concejal de bienestar piloñesa, Laura Gutiérrez. C. CORTE

Crema de nécoras, merluza a la cazuela, sopa de pescado, turrón o cordero. Podrían parecer la carta de algún restaurante con estrella Michelin pero se trata del menú navideño que disfrutan los usuarios del servicio de comida a domicilio de Piloña.

En total, en la actualidad son diecisiete las personas beneficiadas con la iniciativa municipal, que busca mejorar la calidad de vida de personas con dependencia o problemas de movilidad. La cifra aumentará este mes hasta los veintiuno ya que el número de interesados en la propuesta no deja de crecer, según explicó la concejal de Bienestar Social, la socialista Laura Gutiérrez. "La solicitud permanece abierta y quienes se apunten pagarán en función del patrimonio y la renta que tengan, a algunos les saldrá incluso hasta gratis", cuenta.

La intención del equipo de gobierno local es la de firmar un convenio de colaboración con el Principado para seguir aumentando la prestación del servicio de comida a domicilio, al que destinan 45.000 euros en los presupuestos municipales de este año 2018.

Mientras tanto, beneficiarios como la vecina de Infiesto Neli Melendreras hacen un balance "más que positivo" del servicio, que echó a andar en Piloña el pasado noviembre. "Cuando me lo presentaron me parecía poca cantidad pero ahora hasta me sobra, no nos falta de nada y el menú es siempre de lo más variado: cocidos, yogures, frutas...", enumera. Su opinión la comparte su marido, Alfonso Pérez, que a sus 82 años se encuentra aquejado por un problema de movilidad. "Es un respiro no tener que ir todo el tiempo a hacer la compra. El chaval que nos viene a repartir es muy majo, si sobra algo lo retira, estamos muy contentos porque es saludable y asequible para nuestro bolsillo", matiza.

Ese "chaval" del reparto se llama Juan Manuel Iglesias y pertenece al Catering Las Ubiñas de Mieres. Cada martes y viernes visita a los usuarios, repartidos por Pintueles, Cardes, Biedes o Villamayor con comida envasada para varios días. Acude a la entrega con una nevera especial que asegura la conservación de unos artículos que con paciencia coloca personalmente en las neveras. Iglesias mantiene una comunicación constante con la técnico de los servicios sociales piloñeses, a la que comunica posibles problemas que observa en el hogar de sus clientes. "Estoy contento, siempre reviso todo para ver que no haya comida en mal estado y la gente me trata muy bien", comenta. El servicio incluye menús completos en forma de almuerzos y cenas (primer y segundo plato, postre y pan) listos para calentar en el microondas y que no necesiten preparación.

Los beneficiarios confían en que gracias al "boca a boca" cada vez más gente se inscriba. "Puede suscitar reticencias iniciales entre gente que está acostumbrada a comida fuerte casera pero enseguida se les pasa al ver que los productos son de calidad. Tememo que desaparezca el servicio porque en Infiesto no hay centro de día y es de agradecer una iniciativa así", apunta Raquel, hija de Neli Melendreras y Alfonso Pérez.

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