La necesidad de mantener una tradición que ha vivido tiempos mejores hizo que ayer tuviese lugar un acontecimiento histórico en la parroquia pongueta de Cazo. En el tradicional aguinaldo que desde tiempos inmemoriales se celebra el domingo anterior al martes de antroxu tomaron parte primera vez hombres casados. A la convocatoria tan solo acudió uno, pero los organizadores confían en que en años venideros cunda el ejemplo y se recuperen las cifras de antaño, cuando a caballo recorrían los seis pueblos de la parroquia pongueta decenas de jóvenes que pedían dinero para invitar a cenar a las mujeres en edad casadera de los pueblos de alrededor.

Alberto Fernández fue el único casado de los siete aguinalderos que, junto al gaitero Óscar Fernández (éste también fue a caballo) y al cantante de tonada de la localidad llanisca de Porrúa Celestino Rozada, animaron la lluviosa mañana en Ponga. "Me casé en 2003 y el último aguinaldo en el que participé fue en 2002. Cuando me enteré de que este año se abría a los casados no me lo pensé. En una tradición que no debemos dejar que se pierda", dijo Fernández mientras ponía a punto al caballo "Tulfo", propiedad de su amigo Diego Suárez.

Su abuela Florentina Priede, de 93 años, ve bien la novedad. "Con tal de que esto no se pierda me parece perfecto que participen también los hombres casados. Es muy aficionado a los caballos. Tengo otro nieto que vive en Bilbao y seguro que está que muerde porque no ha podido venir", dijo.

Pedro Collado, de 16 años, preparaba el caballo junto a su abuelo Felipe y su padre, Eduardo Collado. "Es el cuarto año en el que participo. Me gusta mucho esta tradición y debemos luchar para mantenerla", señaló. "Me críe viendo esto y me parece bien que se deje ir a los casados. Cada vez hay menos gente en los pueblos. No descarto ir yo también en un futuro si se anima más gente", indicó Eduardo Collado.

Sergio Concha, llegado desde Gijón, no faltó a la cita con el aguinaldo. "El año pasado vine desde Barcelona. Con este ya son catorce los años que llevo participando. Hemos tenido que abrir la puerta a los casados porque cada vez somos menos", manifestó.

La tarea de engalanar a los equinos antes de comenzar el recorrido, que partió de la plaza de la Calzada en Sellaño para luego pasar por Cazo, Ambingue, Priesca, Los Laderos y Tribierto, se cumplió a rajatabla. Los caballos de Jonathan García Pilar y de Alejandro Alonso fueron decorados con unos coloridos ramos elaborados por Luisa Pilar, madre del primero y tía del segundo. "Cada año hacemos un diseño diferente. Es muy guapo ver a los chavales con los caballos decorados", aseguró Luisa Pilar. Alejandro Alonso toma también parte en el aguinaldo del Guirria. "Lo pasamos bien, montamos a caballo y seguimos con un tradición que tiene muchos años", destacó. Jonathan García fue el encargó de recaudar el aguinaldo. "Es un día muy especial que he vivido con mucha ilusión desde niño", indicó.

La localidad de Cazo fue la primera parada del cortejo. Argentina Llera, su hermano Cesáreo y el padre de ambos, Agustín, les dieron una buena propina. De fondo, la voz de Celestino Rozada y las notas que salían de la gaita de Óscar Fernández acompañaban a una tradición que, pese a vivir tiempos mejores, se resiste a pasar a la historia.