La Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) no se plantea, por el momento, limitar o regular la navegación en canoa con fines turísticos por el río Sella. Así lo aseguró ayer el presidente del ente, Ramón Álvarez Maqueda, durante una visita a Cangas de Onís para inaugurar una exposición sobre planes especiales de sequía y la concertación de caudales ecológicos. "Si por parte del órgano ambiental del Principado se determinara que hay que hacer un cupo, lo atenderíamos, estamos a abiertos a lo que ellos digan", aseguró.

La petición, según Álvarez, acarrearía cambios. Un ejemplo: hasta ahora cualquier entidad o particular necesitaba poco más que una declaración responsable de buena voluntad para conseguir los permisos necesarios con los que poner en marcha un negocio de canoas en el río Sella. El presidente de CHC explicó que si se fijan cuotas se haría necesario emprender un concurso público por concurrencia competitiva.

Por su parte, los pequeños empresarios turísticos son conscientes de que una regulación en la ribera riosellana es necesaria, pero temen que este concurso suponga en la práctica que una gran empresa se haga en exclusiva con el control de la actividad. "Por seguridad, para evitar masificaciones en el río y el impacto ambiental que generan, sí es necesaria una regulación, pero consideramos que para hacerla no es necesario sacar los cupos a concurso público", coincidían ayer varios especialistas del turismo activo consultados por este periódico.

El presidente de CHC también se refirió ayer a las actuaciones previstas en Arriondas para evitar inundaciones como las registradas en 2010, cuando los usuarios del hospital fueron evacuados en lanchas. A este respecto Álvarez señaló que "depende del Ministerio -de Medio Ambiente- determinar la prioridad de las obras a través de un análisis de coste-beneficio que saldrá adelante este año". A partir de ahí resta un acuerdo entre las tres administraciones implicadas (local, autonómica, nacional) para ver cómo se financian los trabajos.