En el río Sella dentro de poco va a haber más tortugas invasoras que salmones. Lo dice (medio en serio, medio en broma) el monitor de actividades físico-deportivas Alejandro Collía, que ayer se encontró con un macho adulto de galápago de Florida cuando hacía el descenso en canoa con un grupo de alumnos del Instituto de Nava.

Es la segunda que recoge este año y la cuarta desde 2016. En esta ocasión, el galápago apareció en La Veyera, entre el pozu'l Arcu y Toraño. "Llevaba viéndola unos días por la zona porque son muy territoriales y en cuanto sale el sol se suben a los troncos que hay a la orilla a tomarlo. Tuve que darme una zambullida para capturarla porque son rapidísimas", indicó.

Collía donará el animal a un amigo que está construyendo un estanque en Sevares (Piloña), donde se le procurarán los cuidados necesarios para su bienestar y desarrollo.

El monitor advierte de que depositar en el río ejemplares de esta especie invasora está prohibido y supone un "verdadero atentado ecológico". "En un sitio como el Sella, con tanta riqueza, puede hacer mucho daño, ya que se lo come todo, incluidas las huevas de otros animales", como anfibios y peces, denuncia Alejandro Collía.