Los trabajadores del Ayuntamiento de Parres celebraron ayer con una comida en Cofiñu la jubilación de su compañera Laura Montero, primera y única secretaria del consistorio durante la etapa democrática. "Se inicia una nueva etapa que espero disfrutar si la salud lo permite con nuevas iniciativas y proyectos", dijo la mujer, que fue agasajada con una medalla de la Cruz de la Victoria, flores y una pulsera.

Natural de Oviedo, la vida profesional de Montero transcurrió íntegramente en el concejo de Parres tras aprobar en 1981 las oposiciones al Cuerpo de Funcionarios de la Administración Local. La homenajeada tomó posesión del cargo de secretaria en julio de 1982, cuando Emilio Pando Bustillo presidía la Corporación salida de las primeras elecciones municipales celebradas en la Transición, en el año 1979. "Nunca me dejé tentar por las opciones que me ofrecían los concursos de traslado", aseguró Montero, que vio pasar diez corporaciones y cinco alcaldes. "En el año 82 había cuatro funcionarios, en el equipo actual trabajan 47 fijos y 88 temporales", explicó en relación a la metamorfosis sufrida por el consistorio en los últimos 37 años. En cuanto a su labor de estos años, destacó que se centró en velar porque la ley prevalezca por encima de intereses particulares y de opciones ideológicas de los políticos. "La lealtad a la ley es el único mérito que personalmente reivindico", dijo a la par que agradeció que la institución municipal respetara su autonomía. "Para mí ha sido un placer y un orgullo trabajar para el Ayuntamiento de Parres y para los ciudadanos de este municipio", concluyó.

El regidor parragués, el socialista Emilio Longo, agradeció los años de entrega y de trabajo a favor de los ciudadanos del concejo.