Boquiabiertos se quedaron ayer los vecinos de Caravia Baja al ver que la imagen de Santiago procesionaba, por primera vez en la historia de su fiesta, acompañada por el Coro Rociero del Principado. Castañuelas en mano y ataviadas con el correspondiente traje de faralaes, las integrantes de la agrupación musical se arrancaron a bailar al salir de la iglesia, consiguiendo sacar más de un aplauso a los feligreses.

La idea de hacer una fusión "astur-andaluza" surgió de la nueva comitiva de festejos que desde hace varios meses encabeza Aynara Espiniella. "Queríamos relanzar los festejos, que la juventud se implicara, y estamos gratamente sorprendidos con la buena acogida y el apoyo que la gente nos brindó", apuntó la presidenta, de 33 años de edad.

La fiesta de Santiago Apóstol comenzó a mediodía con un pasacalles con gaiteros por Caravia Baja. Como marca la tradición, un ramo de panes bajó hasta la iglesia desde el barrio de Duyos a hombros de vecinas vestidas con el traje regional y el otro hizo lo propio desde Duesos. Cada ramo iba franqueado por un tractor convenientemente adornado en el que viajaban los productos que los lugareños donaron para la subasta. Gallinas, empanadas, chorizos, licores o reloj tallado dentro de una madreña fueron algunos de los objetos más cotizados en la puya. A los mandos del tractor de Duyos iba el padre de la presidenta, José Manuel Espiniella. "Consiguió implicarnos a todos y encima el tiempo acompañó. No se puede pedir más", aseveró.

Tras una concurrida misa cantada por el Coro Rociero del Principado llegó el turno de procesionar por la carretera N-632, y de vuelta a la iglesia. Entre quienes se encargaron de portar los ramos tras la ceremonia se encontraba la alcaldesa de Caravia, Salomé Samartino. La regidora celebró el hecho de que "cada vez más vecinos y con una media de edad más baja" visten el traje tradicional por las fiestas de Santiago. "Muchos de los diseños fueron hechos a mano durante un curso de costura que se puso en marcha durante el invierno", indicó.

De que los festejos cuentan con relevo generacional en Caravia Baja dio cuenta Noa Valle, con siete meses el bebé más joven en lucir la vestimenta de aldeana. Valle ni se inmutó cuando una traca de petardos anunció el regreso de la imagen de Santiago a la iglesia, lo que supuso otra de las novedades de la celebración.

La vecina Carmen Merino, más conocida como "Mayita", fue otra de las incondicionales que no quiso perderse la celebración. Acudió a la iglesia acompañada por sus hijos Pablo y Luis Villazón, de siete y tres años de edad, respectivamente. "Vienen con sus primos y se lo pasan de lujo jugando. Hacía tiempo que no se veían tantos niños vistiendo el traje y presta ver que siguen la tradición", apuntó. Su opinión la compartía Paloma Valle, para quien la fiesta "es una excusa para reunirse y disfrutar de una jornada de convivio".

Las celebraciones concluyen hoy en Caravia Baja con una misa cantada en recuerdo de los difuntos de la parroquia (13 horas), juegos infantiles tradicionales (17 horas), gran parrillada y verbena nocturna a cargo de "Disco Astur" y "Tekila".