Las celebraciones del Samaín llegaron este fin de semana hasta las zonas más remotas de la comarca. En la parroquia rural de Villamayor (Piloña) el evento coincidió con el décimo aniversario de la biblioteca y contó con un baile escalofriante y una merienda monstruosa a base de hamburguesas de vampiro y tarta de ojo de culebra. Los más pequeños de la localidad piloñesa de Areñes también disfrutaron de su particular tarde de terror en las antiguas escuelas, por donde desfilaron vampiros, brujas y esqueletos vivientes gracias a la asociación Ríu Fontoria. En la parroquia rural de Sobrefoz (Ponga), niños y mayores protagonizaron un desfile por las principales calles antes de dar cuenta de una espicha, informa Cristina CORTE. A la izquierda, niños en Villamayor; en el centro, la merienda en Areñes, y a la derecha, pasacalles en Sobrefoz.