Los periodistas desarrollan una labor fundamental como guardianes de la democracia, pero su trabajo no siempre es suficientemente reconocido. A esa conclusión llegaron ayer los alumnos del Instituto de Infiesto que recibieron en sus aulas a la periodista piloñesa Mariola Menéndez, corresponsal de LA NUEVA ESPAÑA. La actividad, impulsada por el departamento de Lengua y Literatura del centro, sirvió para que los estudiantes reflexionaran sobre qué es noticia y acerca del proceso que sigue la información hasta que finalmente aparece impresa en los periódicos de papel o en soporte digital.
Tras la charla, algunos menores no descartaron dedicarse al oficio. Fue el caso de Cayetana García, de 3.º de la ESO. "El problema es que es una profesión exigente, que requiere mucha dedicación y en la que los horarios no existen", dijo. Empatizar con la gente, tener una buena agenda de contactos e interés por aprender continuamente cosas nuevas son, para García, requisitos fundamentales si se quiere dar la talla como periodista.
Su opinión la comparte Alan Valles, vecino de Villar de Güergu, para quien la forma "más fiable" de enterarse de lo que pasa en un mundo cada vez más cambiante siguen siendo los periódicos regionales. "Los jóvenes quizá ya no ojeamos tanto la edición impresa, pero sí echamos muchos días un vistazo a la web para ver la información local", aseguró. En la misma línea se expresó el estudiante de Sevares Adrián Meana, quien agradeció la labor de los periodistas para generar y filtrar noticias de calidad en tiempos en los que imperan las "fake news" o falsas noticias. "Antes que periodistas son personas que tienen que hacer frente a momentos duros como cuando toca cubrir sucesos y a quienes a veces se desprestigia injustamente", concluyó. Por su parte, Mariola Menéndez agradeció a los docentes de Lengua la oportunidad de regresar a su antiguo instituto y recordó a los menores que ellos mismos pueden ser fuentes de noticias o protagonistas, "ya que las mejores historias suelen ser las humanas".
