Ciento noventa y seis ganaderos han obtenido las licencias de la Junta de Pastos del Ayuntamiento de Cangas de Onís para acceder a los pastizales de verano de la Montaña de Covadonga, disponibles desde el 25 de este mes para el ganado bovino. Si el año pasado subieron a los pastos comunales 5.480 reses, en esta ocasión la cifra desciende hasta las 5.367 (991 novillas, 4.270 vacas y 106 toros).
No ocurre lo mismo con la "reciella" -ganado menor-, cuya presencia registra un ligero aumento. Si en 2018 fueron 611 las ovejas con licencia, esta temporada son 59 más: hasta 670. La cabaña lanar tiene prohibido el acceso a los pastos de altura hasta el 1 de junio. El número de cabras, que no está sujeto a restricciones de calendario para subir a la Montaña de Covadonga, también crece. Son 359, o lo que es lo mismo, 29 cabezas más que el año pasado. A estos se suman siete cerdos y 112 yeguas.
El concejal cangués de Desarrollo Rural, Gonzalo Suero (PP), atribuye este incremento al auge de la producción de queso gamonéu, que cada vez gana más adeptos en el mercado, donde llega a superar los 40 euros el kilo en el caso de la variedad del puerto.
Suero incide, no obstante, en el temor de los pastores a que se produzcan numerosas bajas de ganado durante el verano. "El lobo ya está matando en los pueblos, así que imagínate en las majadas. Pese a que guardan a los animales todas las noches y cuentan con perros de defensa es muy difícil librarse de los ataques", lamentó. El concejal lleva tiempo reclamando un incremento de batidas en las que estén presentes los ganaderos de la zona. Asimismo, el consistorio confía en que este mismo año se ejecute un proyecto de desbroces en la Montaña de Covadonga.
Las autoridades locales sospechan que las malas previsiones meteorológicas podrían retrasar la subida a las majadas de los Picos de Europa. "Está viniendo abril muy malo y no parece que vaya a mejorar. Estamos a la expectativa y sin saber en qué condiciones nos encontraremos el pasto", concluyó Suero.
