La "senda de Cascos" y el exterior de la Casa Dago son dos de las infraestructuras turísticas que más protestas despiertan por culpa de su mal estado. La senda peatonal "de Cascos" nació como un proyecto para ejecutar en varios tramos, uniendo la capital asturiana, Oviedo, con la "cuna" de la Reconquista, el real sitio de Covadonga. El tiempo fue transcurriendo y tan sólo se llevó a cabo la construcción del sendero para andarines, a través del arcén paralelo a la carretera N-625, desde la zona de El Portazgu (Cangas de Onís) hasta el barrio de Prestín (Parres). Pese a la buena aceptación que tiene entre los caminantes, se encuentra en un deplorable estado de conservación, con infinidad de vallas de madera rotas y naturaleza agreste.

También deja que desear la falta de mantenimiento del recinto exterior de la Casa Dago, principal punto de información en la vertiente asturiana del parque nacional de los Picos de Europa. En pleno puente de mayo, la hierba sobresale por todos los sitios.