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El Puentón

El campo asturiano se muere

La desunión de los agricultores y ganaderos del Principado frente a los extremeños

El campo asturiano se muere

La unión que mostraron los agricultores extremeños en Don Benito es la que se echa en falta por estos lares del Principado de Asturias y más concretamente en el área de los Picos de Europa. Ellos, esos hombres y mujeres del campo, dieron la cara y, además, se llevaron un montón de "palos" por defender sus intereses; en tanto, la clase política gobernante parecía descolocada, como si no fueran parte de los responsables del problema. Insisto, me quito el sombrero ante los defensores del mundo rural, sobremanera cuando hacen piña para hacer valer sus reivindicaciones.

Por el contrario, aquí, en nuestra querida comarca de los Picos de Europa, vemos un día sí y otro también cómo se enquista la situación.

La retahíla de promesas de los políticos de turno llenan páginas de periódico, aunque los resultados no acaban de llegar. Para muestra palpable la cantidad de daños ocasionados por los lobos en el área de influencia del espacio natural protegido, fuera del parque nacional. Un dilema que causa estragos en las cabañas ganaderas de los sufridos paisanos, quienes siguen aguantando lo que no está escrito.

Me resulta triste escuchar a los afectados lo que padecen casi al pie de sus respectivos pueblos: daños y más daños; bajas y más bajas; pérdidas y más pérdidas. Bien es cierto que desde las grandes ciudades, así como desde los despachos, se mira con cierto recelo lo que acontece en el campo asturiano. De momento, vista la división existe en el sector, cada cual maneja al "rebaño" como le satisface, a tenor de los ideales de cada cual. Todo se reduce en vagas proposiciones ante un horizonte, de no tomar medidas, poco halagüeño.

El mundo rural atraviesa una enorme crisis y conlleva el despoblamiento de las pequeñas aldeas. Defender a los paisanos y paisanas no es cosa de catetos. Hoy más que nunca la situación se presenta difícil, francamente difícil, para muchas explotaciones. Ya sobre la palabrería, pues, hace falta coger el toro por los cuernos. Poco importa que voten al PSOE, PP, UP o VOX. De un momento a otro, a tenor de lo visto esta misma semana en lares extremeños, la cosa está a punto de explotar. Y encima con demoledoras razones.

Ya no estamos a las puertas de unos comicios electorales para engatusar al ganadero o ganadera. La situación del campo asturiano, igual que ocurre en otras comunidades autónomas, es la que es. No creo que nadie con dos dedos de frente diga que esto es un problema puntual. A las pruebas me remito cuando expongo cada poco la rocambolesca historia que propicia la actual gestión del parque nacional de los Picos de Europa.

A falta de inversión o dilación en el abono de los daños, mejor mirar hacia otro lado, ¿no? Pues, no, pónganse las pilas y vale ya de buscarle tres pies al gato.

Dentro de nada empezarán las ferias de rigor y las visitas de sus señorías a los diversos recintos para palmear las espaldas, con sonrisas Profiden, de algunos sufridos ganaderos.

Después, como mandan los cánones, las fotos de rigor para mostrar su apoyo al mundo rural. Mientras, la procesión va por dentro de esos hombres y mujeres del campo. Quizás, los más incomprendidos por los vaivenes de la política. ¿Hasta cuándo? Hasta que exista una unión firme y convincente para pelear por sus derechos, como cualquier otro gremio que está en situación crítica. Como en Extremadura.

No hace falta ser un experto en la materia para conocer de primera mano las complicaciones que padecen las gentes del mundo rural. Desde las grandes urbes les observan con recelo. Ahora bien, creo que la gota está a punto de desbordar el vaso.

La paciencia tiene un aguante, pero si dura mucho tiempo la cosa comienza a ponerse brava, muy brava. Ellos, los ganaderos de la zona, no ingresan en sus cartillas o cuentas los "galácticos" sueldos que perciben quienes viven de la política.

Eso sí, se les paga, a esos mismos políticos, para que resuelvan los problemas del Pueblo, con mayúscula.

¿Me explico?

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