Álex perdió un diente hace dos semanas. Lo colocó dos veces debajo de la almohada al irse a dormir, "pero nada, allí no aparecía nada a la mañana siguiente", recuerda con disgusto. Pese a sus intentos, el Ratoncito Pérez no llegaba. La restricción de movimientos por el COVID-19 impedía que hiciera acto de presencia en su casa de Arriondas. Hasta ayer, que el alcalde parragués, Emilio García Longo, decretó la libre circulación de Pérez. El ratón sólo tiene que guardar las medidas de higiene y seguridad y podrá ya, al fin, acudir a todos los domicilios donde sea necesario. En Ribadesella, el regidor, Ramón Canal ha hecho también lo propio.

"Yo estaba preocupado porque no sé cuánto tiempo podía aguantar el diente sin que se pusiera malo", cuenta Álex Dumitrache, de 9 años. Pero es que además, "a mi hermano Bryan se le cayó otro y tiene uno a punto, estaba triste por los dos, la verdad", reconoce el pequeño. Trasladó esa preocupación a su grupo de participación infantil en el que se divierte de manera telemática cada día para llevar mejor el confinamiento. Comentó la posibilidad de pedir una bula para el Ratoncito y la monitora escuchó la propuesta y se la trasladó al primer edil parragués, que no dudó en ningún momento en poner cartas en el asunto. Al día siguiente "el señor alcalde en persona me llamó para tranquilizarme y ya me contó que había puesto bandos por el pueblo" para que no haya dudas sobre la legalidad del ratón y no tenga problemas con las fuerzas de seguridad. "Estoy muy contento, me alegró muchísimo, ahora va a haber todo el trabajo que tiene acumulado y por fin va a poder hacerlo", celebra Álex.

Su madre, Virginia Molina, reconocía que "la alegría que se veía en la cara cuando el alcalde le hablaba es indescriptible". Pero, además, el pequeño puede estar orgulloso de haber auspiciado que todos los niños reciban la visita de Pérez sin restricciones.