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El pastor más joven pelea en los Picos

José Alonso, quesero de gamonéu del puertu, se prepara para ir a Gumartini con su rebaño en plena crisis: "Deben regular los precios en origen"

José Alonso, ordeñando su rebaño de cabras en Gumartini. REPRODUCCIÓN DE EVA SAN ROMÁN

El sector fue calificado como esencial, y los ganaderos siguieron trabajando, "pero los precios no han hecho más que caer en origen" con lo que si no hubiera una diversificación de la actividad "no habría futuro". Lo cuenta José Alonso, de Cangas de Onís, el pastor y elaborador de gamonéu del puertu más joven de Asturias.

Se prepara ya para subir o a cuidar de su rebaño, de doce vacas y más de 300 cabezas entre ovejas y cabras. Allí, en la vega de Gumartini, en el corazón de los Picos de Europa, comenzará el proceso que da vida a la quesería Uberdón. "Si no vendiéramos queso el panorama se complicaría bastante" porque a su juicio "la administración no sabe hacer las cosas bien, las ayudas son bienvenidas, pero siempre son escasas porque los criterios de reparto no atienden a cuestiones objetivas, no es lo mismo tener un rebaño de 300 cabezas que uno de 100, y la ayuda no puede ser igual tampoco". Si a esta coyuntura se suma "el daño del lobo, la problemática no hace más que empeorar la situación" que no deja un panorama atractivo a posibles futuros productores y ganaderos.

A Alonso, uno de los mejores elaboradores, no le preocupa vender su producción -de algo más de mil kilos- porque prácticamente la tiene ya toda vendida. "Es verdad que los pedidos son más pequeños, pero si tardamos seis meses en sacarlo todo en lugar de cuatro, no me importa". Lo que le preocupa es el balance. "Si tuviera que empezar ahora y dedicarme al gamonéu del valle, no me pondría". El precio de ese queso es menor e implica más trabajo que, al final, hace de la actividad un nicho poco rentable.

"Lo que de verdad hay que sentarse a organizar son los precios, el año pasado estuvieron mal, pero es que este año están infinitamente peor", señala el joven pastor, que descarta que el problema tenga origen en la caída del consumo. "La gente sigue comiendo carne, está claro que nos afecta el cierre de la hostelería, pero la carne se vende". Alonso considera que aunque a la larga le paguen más por un cordero, por ejemplo, "de nada me sirve, porque si voy a tener que cebarlos durante ese tiempo, lo que gane lo gastaré antes en ceba".

El joven pastor sigue la estela de su abuelo. "a él y a otros tantos los echaron los lobos, a mí no me va a echar, pero tienen que tomar medidas y nosotros no podemos quedarnos callados".

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