Daniel Fernández Soto, un joven de Cangas de Onís, encontró a primera hora de esta mañana una vieja granada de mano, presuntamente de la Guerra Civil, cuando iba caminando con un detector de metales por las cercanías del cementerio parroquial, en la parte alta de la localidad, en Cangas de Arriba. Tras la sorpresa por la aparición del artefacto, enterrado a escasos centímetros del suelo, dio parte del hallazgo al cuartel de la Guardia Civil para que los efectivos especializados hicieron los trámites pertinentes para su retirada, cosa que aconteció en la misma tarde.