La mareona de septiembre se convirtió ayer en atracción en Ribadesella. El nivel del agua llegó a superar en la pleamar la altura del puente deportivo y llegó a bañar las ruedas de los coches del aparcamiento. El coeficiente de la marea fue de 113 por la mañana y 112 por la tarde, de las cifras más elevadas del año. Entre la pleamar y la bajamar la altura del mar varió 4 metros y medio.

Otro de los efectos generados fue que la altura del mar, que alcanzó su cota máxima dos minutos antes de las seis de la tarde, impidió que algunas lanchas cruzasen la ría bajo el puente de Ribadesella. Marineros y piragüístas coincidían, en que pocas veces se habían visto unas mareas tan altas en estas fechas.