Cumplido el objetivo de reparar la iglesia de Moru y recién estrenado en el Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX) un documental que cuenta la historia y el porqué de la actuación, el colectivo promotor de la rehabilitación del templo da forma a su siguiente logro: un centro de interpretación para ilustrar a todo el que llegue al Altu Moru, en Ribadesella.

La Asociación Cultural Iglesia Moru que preside Ana Fernández ultima los detalles mientras espera “al momento en el que nos podamos reunir y hacer actos sociales” para inaugurar ese centro de interpretación de la iglesia que los vecinos de la parroquia reconstruyeron a lo largo de diez años.

El proyecto entra su fase final. La idea del colectivo es que los paneles expositivos se instalen en otro lugar emblemático de la localidad, la escuela, construida junto a la iglesia durante la II República. “Es el lugar donde estudiaron nuestros abuelos y padres”, recuerda Ana Fernández. El edificio tiene dos salas. Una se dedicará a contar el porqué de la iglesia y el proceso de su restauración, y la otra dará cuenta de los detalles de la propia escuela.

Expertos

En cuanto al centro religioso, los murales expositivos han sido diseñados por expertos en distintas áreas del conocimiento, tales como Isabel Ruiz de la Peña, Juan José Pérez Valle y Sergio Ríos. Cada uno de ellos, explican los promotores, “refleja distintas cuestiones históricas que han tenido que ver con la iglesia”. El colectivo consideraba que se debía contar “qué fue, qué hicimos y qué representa, cuál es su valor histórico y cómo fue el proyecto de recuperación”.

En lo que se refiere a la escuela, su historia se ubicará en una segunda sala: “al ser un edificio interesante en sí mismo, decidimos incluir también murales contando el proceso de construcción” y cómo aquellas gentes de la zona acudieron a recibir educación al pequeño inmueble. “Queremos contar el continente y el contenido”, resume Ana Fernández.

De esta forma, la Asociación Cultural Iglesia Moru inicia una nueva etapa. Y así escribirán la historia de cómo el empeño vecinal logró la restauración y rehabilitación de un templo en el que existían pinturas murales del siglo XVI entre las que se conserva un Santo Entierro único en España.