César y Alicia han celebrado este sábado en Infiesto sus Bodas de Diamante, con un festejo familiar en el que los suyos les han dado las gracias por ser un "ejemplo de vida".
César, de 97 años, y Alicia, de 95, han acudido radiantes a la misa organizada para conmemorar el aniversario de 75 años de matrimonio. Con rostro sonriente ambos y reiterados gestos de complicidad, han entrelazado sus manos durante algunos momentos de la homilía, que César siguió sentado en silla de ruedas, y Alicia, a su lado.
Siete hijos, 14 nietos y 16 bisnietos componen el árbol genealógico descendiente de esta pareja que, procedente de la localidad piloñesa de La Travesera, se instaló en Infiesto para emprender una vida en común. Allí gestionaron un restaurante llamado El Capitol, y posteriormente la mueblería Santos, negocios que favorecieron el contacto con los lugareños, con la que establecieron una relación de cariño duradera e irrompible, también como un diamante.
"Esta mañana cuando fui a vuestra habitación a ayudaros a levantar, estabais aún dormidos, agarrados de la mano, y pensé: esto es el amor, simple y puro", relataba una de sus hijos durante el discurso que dio en la misa para conmemorar el aniversario de boda de sus padres. Resume el sentimiento de una familia que admira la unión y complicidad de Alicia y César.
A excepción de sus dos hijas -Alicia e Inés- los cinco restantes -todos los varones: Jesús, César, Juan Luis, Paco y Fernando- emigraron a América con distintos destinos: Santo Domingo, Puerto Rico y Miami.
La familia se incrementó con la llegada de nueras y yernos: María Aranda, Elisabet Pérez, Jesús del Campo, Mariluz Rodríguez, Vivian Prat, Isa Mari Arostegui y Efrén González.
Algunos de sus hijos retornaron a Asturias y otros continúan sus consolidadas trayectorias empresariales en el Caribe, pero desde la década de los 60 todos ellos se reúnen cada verano en Infiesto bajo el paraguas de César y Alicia. Solo falta Paco, fallecido hace unos años, ante cuya sepultura han depositado hoy el ramo de flores de la novia.
César y Alicia dejan como testimonio "amor, entrega, lealtad, sacrificio, respeto, ternura y, siempre, alegría y temple", según ha leído en la misa una de sus nuera, que ha actuado como voz coral de la familia en agradecimiento a quienes han sido un "ejemplo de vida, que será para nosotros el mejor legado".
