Vis anhela el hórreo de El Pedrosu

La localidad de Amieva celebra la ayuda autonómica para reconstruir la edificación: "Tenía mucha historia y sería una pena que se perdiera"

Ezequiel Marín y Toño Sánchez, ante la parcela donde estaba ubicado el hórreo.

Ezequiel Marín y Toño Sánchez, ante la parcela donde estaba ubicado el hórreo. / R. M. V.

María Villoria

La base de uno de los pegoyos y algún trozo de madera que sobresale sobre la maleza son el único rastro que queda del hórreo de El Pedrosu en la localidad de Vis (Amieva). Una construcción con más de dos siglos a sus espaldas que recogía en varias partes de su estructura pinturas alusivas al paso de las tropas de Napoléon por la senda del Arcediano, camino primitivo natural de comunicación entre Asturias y León. De hecho no es el único hórreo de los ubicados a lo largo de la ruta que cuente con pinturas de este tipo. El deterioro iba siendo palpable en los últimos años, los vecinos dieron varias alertas de su estado hasta que finalmente cayó en 2020, algo que piensan podría haberse evitado con una intervención rehabilitadora hace años. Ahora el Principado volverá a levantarlo y para ello ha consignado 40.000 euros en los presupuestos autonómicos, circunstancia esta muy esperada y que en la localidad se celebra para que sea posible volver a contar con tan emblemática pieza de su patrimonio.

Las obras empezarán de forma inmediata, según se ha señalado por parte de las autoridades responsables, y tendrán un plazo de ejecución de seis meses. El momento se verlo de nuevo en pie se espera con ansia, pues desde el momento en que la edificación se cayó los vecinos se pusieron en contacto con el Ayuntamiento de Amieva para que pudieran iniciarse las gestiones necesarias con Patrimonio para ver qué se podía hacer por recuperar el inmueble y las posibilidades de restaurarlo.

Vis anhela el hórreo de El Pedrosu

El granero cuando aún estaba en pie. / María Villoria

En el pueblo están contentos de que ahora se lleve a cabo la obra. El hórreo era un atractivo para la localidad por el que preguntaban y aún lo hacen los turistas que pasan por Vis. "Era un aliciente más del pueblo, es una proyecto muy necesario. Es muy importante conservar estas pinturas que tienen su historia y era una pena que se dejaran perder", comentó Toño Sánchez, vecino del pueblo, integrante de la asociación vecinal y concejal en el ayuntamiento de Amieva.

La madera con las pinturas está custodiada por el Consistorio desde que se derrumbó y se incorporarán en la reconstrucción. Según cuentan los vecinos del lugar, con el deterioro del la edificación, se fueron viendo también afectadas las pinturas de la construcción, ubicadas principalmente en dos laterales. Durante mucho tiempo estos dibujos recibieron el impacto directo del agua y la humedad por el mal estado general del hórreo. "Las figuras más visibles eran soldados, pero también había caballos y otros animales", explicó Sánchez.

Saben que se podría haber evitado el deterioro y la caída, pero en la localidad aplauden que, ahora, por fin, se destine dinero a recuperarlo. "Si se hubiera colaborado antes, se habría arreglado y no hubiera caído. Pero me alegro de que lo vuelvan a armar", comentó Gloria Redondo, presidenta de la asociación de vecinos de la localidad de Vis, que integrada por sesenta personas.

En la imagen superior, Ezequiel Marín y Toño Sánchez, ante la parcela donde estaba ubicado el hórreo. Sobre estas líneas, a la izquierda, el granero cuando aún estaba en pie. A la derecha, las singulares pinturas de la construcción. | R. M. V.

Las singulares pinturas de la construcción. | R. M. V. / María Villoria

Este pueblo de Amieva cuenta con un patrimonio rico en hórreos, pues concentra más de una decena en sus calles. Desde la asociación de la localidad luchan para que su cultura etnográfica siga en pie y se cuide. "Un pueblo sin cultura no es nada", incide Ezequiel Marín, vecino. Entre los planes locales, se encuentra el de realizar una recopilación y un estudio de los hórreos que hay en todo el concejo y el estado en el que se encuentran.

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