Del Caribe a Tresmonte tras Fernández Juncos

El empresario y humanista Enrique Fierres, indiano de Allande, visitó la deshabitada aldea riosellana en la que nació el prócer asturiano de Puerto Rico para ensalzar su legado cultural y político en la isla

Enrique Fierres, con su esposa, Nancy, ante la placa en honor de Fernández Juncos, en Tresmonte. | F. Delgado

Enrique Fierres, con su esposa, Nancy, ante la placa en honor de Fernández Juncos, en Tresmonte. | F. Delgado / Fernando Delgado

Fernando Delgado

Fernando Delgado

Manuel Fernández Juncos abandonó con diez años su aldea natal de Tresmonte, ubicada en la montaña de Ribadesella, para zarpar en 1857 en un barco desde el puerto de Avilés rumbo a Puerto Rico en busca de un futuro mejor.

Manuel Fernández Juncos. | Reproducción de F. Delgado

Manuel Fernández Juncos. | Reproducción de F. Delgado / Fernando Delgado

El empresario y humanista Enrique Fierres, presidente de la Sociedad Española de Auxilio Mutuo y Beneficencia de Puerto Rico, entidad de ayuda humanitaria con la que colaboró activamente Fernández Juncos como asesor y documentalista a finales del siglo XIX y principios del XX, visitó la pasada semana la deshabitada aldea riosellana en la que nació el 11 de diciembre de 1846 este ilustre personaje, con el fin de indagar en sus orígenes para poner en valor su gran legado en el ámbito cultural, social y político.

Este prócer de la isla antillana, catalogado como el patriarca de las letras puertorriqueñas, consiguió que la lengua castellana se mantuviera, frente a la inglesa, en los planes de enseñanza surgidos de la nueva administración norteamericana con motivo del cambio de soberanía a partir de 1898.

Fernández Juncos comenzó de niño a trabajar en una tienda de alimentación de unos familiares y su curiosidad intelectual le llevó a fomentar la lectura y frecuentar el trato de círculos periodísticos y literarios que contribuyeron a su formación autodidacta. En la escuela de Moro, en Ribadesella, sólo había aprendido a leer, escribir y las cuatro reglas. Publicó artículos en diversos medios de comunicación como "El Progreso", "Porvenir" y "El clamor del país", hasta que, con treinta años, fundó el semanario "El Buscapié", que dirige durante dos etapas distintas (1877-1899) y (1917-1918).

El periodista asturiano, plenamente identificado con su lugar de adopción, dejó un rico legado literario que contribuyó de forma decisiva a la consolidación de la cultura autóctona puertorriqueña sin renegar nunca de la tradición española.

Se mostró muy crítico, en un principio, con las autoridades coloniales e intentaba despertar en la población antillana una conciencia de autonomía política, social y cultural respecto a la metrópoli. Sin duda, ejerció como un gran ecléctico tomando lo mejor de cada país.

Juncos también dirigió la "Revista Puertorriqueña" y se distinguió en la promoción y difusión de una amplia red de bibliotecas municipales que, diseminadas por toda la isla, contribuyeron a la alfabetización de la población. Fundó la Institución de Enseñanza Popular y la Biblioteca Municipal de San Juan, colaborando activamente en el establecimiento de Cruz Roja.

Asimismo, ejerció como presidente del Ateneo Puertorriqueño, del Partido Autonomista Histórico, de la Liga de Republicanos Españoles y de la Sociedad de Escritores y Artistas de Puerto Rico. Fue diputado provincial por el distrito de San Juan y publicó más de una veintena de libros, entre ellos "De Puerto Rico a Madrid", "Habana y Nueva York", "Cuentos y narraciones", "Canciones escolares", "Costumbres y tradiciones de Puerto Rico", "Tipos y caracteres de Puerto Rico", "Los primeros pasos en castellano" y "La lengua castellana en Puerto Rico".

En 1901 adaptó la letra del himno nacional del Estado Libre Asociado de Puerto Rico denominado "La Borinqueña" y oficializado en 1977 por las Cámaras Legislativas y el gobernador Rafael Hernández Colón. Durante el primer y último gobierno autonómico de la isla fue nombrado Secretario de Estado y, posteriormente, Ministro de Hacienda. Tras el cambio de soberanía en 1898, trabajó por mantener la lengua castellana y redactó unos manuales escolares que desempeñaron una función transcendental en la lucha contra la poderosa influencia del inglés. En 1916, la Universidad de Puerto Rico le nombró Doctor Honoris Causa, y, en 1924, el Ayuntamiento de San Juan le otorgó el título de hijo adoptivo. Falleció en 1928 en la capital de la isla caribeña que identificó con su nombre a su segunda avenida más relevante y, tras su muerte, el Ayuntamiento de Ribadesella también bautizó a una de sus calles y a la escuela graduada con su denominación.

En 1991, la Fundación Príncipe de Asturias otorgó al pueblo de Puerto Rico el premio de las Letras en reconocimiento a la ejemplar decisión de haber declarado el español como idioma oficial, hecho en el que Fernández Juncos había tenido un gran protagonismo. La aldea de Tresmonte fue visitada entonces por una delegación portorriqueña presidida por el gobernador Rafael Hernández Colón y se instaló una placa en el lugar donde nació como homenaje hacia su persona.

El indiano Enrique Fierres, presidente desde hace 33 años de la Sociedad Española de Auxilio Mutuo y Beneficencia de Puerto Rico, organización de ayuda humanitaria fundada en 1883, manifestó, tras visitar las ruinas de su casa natal en Tresmonte: "He comprobado que este ilustre asturiano es mucho más valorado en Puerto Rico que en España y trabajaremos en conjunto para dignificar su figura con motivo del 140.º aniversario de nuestra Sociedad Española de Auxilio Mutuo".

Este humanista y empresario, nacido en 1939, criado en Pola de Allande, capital del concejo que le nombró hijo adoptivo en 2010, y afincado en Puerto Rico desde 1961, tiene intención de contactar con el alcalde riosellano. Paulo García, y con Alejandro Criado, presidente de la Asociación Cultural Amigos de Ribadesella. "Voy a proponerles un hermanamiento entre Puerto Rico y la villa riosellana que nos permita elevar la figura de Manuel Fernández Juncos al lugar que le corresponde dentro la historia y las culturas de Puerto Rico y de España, siendo un primer paso dignificar el lugar donde nació y pasó su infancia Fernández Juncos y que actualmente se encuentra en lamentable estado de ruina", manifestó Fierres tras visitar la derruida casa natal de Fernández Juncos en Tresmonte.