El Oriente, en "shock" por los dos muertos en el accidente de Llanes: "Estamos rotos de dolor"

El concejo de Onís, donde residían los fallecidos, Sandra Ramos y Pablo Torroba, decreta tres días de luto, y el Urraca C. F., en cuyo equipo cadete jugaba él, suspende entrenamientos y partidos

El otro menor herido, jugador también del club llanisco, se mantiene estable dentro de la gravedad

Familiares, vecinos y amigos se congregan en el tanatorio de Beria de Onís para acompañar a los padres de Pablo Torroba

Familiares, vecinos y amigos se congregan en el tanatorio de Beria de Onís para acompañar a los padres de Pablo Torroba / Julia Quince

J. Quince / P. T.

La comarca del Oriente está en «shock» por el gravísimo accidente ocurrido en la tarde de este miércoles en Llanes, en la carretera del río Las Cabras (AS-115). Los dos fallecidos –Sandra Ramos, una entrenadora personal de 47 años, y Pablo Torroba, un joven de 14 que jugaba en el equipo cadete del Urraca C. F.– eran muy queridos tanto en el concejo donde residían, Onís, como en el resto de la comarca. El Ayuntamiento oniense ha decretado tres días de luto y el club de fútbol radicado en Posada ha suspendido partidos y entrenamientos. «Estamos rotos de dolor, esta trágica noticia nos ha dejado impactados, destrozados», afirma María Eugenia Menéndez, presidenta del Urraca.

En el club llanisco también están muy pendientes de la evolución de Y. M., el otro menor que iba en el vehículo que salió peor parado del choque frontal que tiñó de tragedia la tarde-noche en el oriente de Asturias. El joven, de 15 años y también jugador cadete del Urraca, sigue ingresado en la UCI del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) estable dentro de la gravedad. Se trata, además, de una familia muy ligada al club, pues es hijo de Crístofer, futbolista del equipo absoluto del Urraca, que juega en Tercera Federación. Ambos, padre e hijo, estaban muy implicados con el Urraca tras haber jugado antes en el Llanes.

La conmoción en el Urraca es tan fuerte que se han suspendido los entrenamientos además de los partidos de este fin de semana. Más adelante, «se estudiará cómo va la situación», pero hoy por hoy es «imposible» que los jugadores del club puedan disputar o preparar un partido siendo tan reciente la muerte de uno de sus compañeros y estando tan preocupados por la evolución del herido más grave en un accidente, que se produjo precisamente cuando los dos chavales regresaban a sus casas tras un entrenamiento en Posada de Llanes.

Sandra Ramos Cortines era quien se había prestado, como amiga, a recoger a los menores tras el entrenamiento. Iban camino de Onís, donde tanto ella como el joven fallecido residían. Así cuentan quienes la conocen que era ella, una persona volcada hacia los demás y con su trabajo como entrenadora personal. Tenía 47 años y era natural de Madrid, donde residió hasta que, hace unos años, ella y su esposo decidieron poner rumbo a Asturias y construyeron una casa en La Robellada, en Onís. Los dos trabajaron durante un tiempo en una cadena de supermercados, en Posada de Llanes. Después, pidieron una excedencia y comenzaron a enfocarse en su labor como entrenadores personales. Les fue muy bien. «Sandra era muy buena persona, agradable y cariñosa», asegura una mujer que la tuvo como entrenadora. También destaca que era una «gran profesional, completamente entregada a su trabajo». «Era muy saludadora y siempre tenía buenas palabras. Era buena persona», subraya una vecina de Posada. También hubo en Onís palabras de recuerdo para Sandra, que daba clases de gimnasia en el Centro Municipal de Benia. «Era una pareja muy agradable. Ella y su marido vinieron de Madrid hace más de veinte años. Se hicieron una casa en una finca y pasaban muchas horas por el pueblo», contaban en La Robellada.

El otro fallecido, Pablo Torroba Vera, tenía 14 años y había empezado a jugar este año en el equipo cadete del Urraca, tras haberlo hecho en el Cánicas de Cangas de Onís. Tenía dos hermanas, una mayor y otra más joven que él. Vivía en Benia. Su madre trabaja en el ayuntamiento de Onís y su padre es jefe de estudios en el colegio Reconquista de Cangas de Onís y director de la Agrupación Folclórica «Picos de Europa». Otro jugador del Urraca recordaba ayer a su amigo con cariño: «Era muy buen chaval y un gran compañero».

Su cadáver era recibido por la tarde en la funeraria La Santina de Benia, donde familiares, amigos y vecinos lloraban su pérdida: «Era un chico de diez, es una desgracia», decían sus conocidos. Allí se reunieron, sus abuelos, con quien Pablo disfrutaba de paseos por el monte, compañeros del Urraca y del instituto de Cangas de Onís, donde cursaba tercero de la ESO. En las aulas del centro escolar se guardó ayer un minuto de silencio en su memoria. 

La bandera de Onís ondea desde ayer a media asta y con crespón negro en la fachada del Ayuntamiento. Asimismo, se ha suspendido la fiesta de La Esperanza en La Robellada, que iba a ser este sábado. El Urraca, por su parte, está recibiendo numerosos mensajes de condolencias del mundo del fútbol asturiano. «Sabemos que no hay consuelo para los familiares y amigos. Nuestro cariño para ellos y para los integrantes del Urraca. Descansen en paz», publicó el Sporting, mientras que el Real Oviedo señaló: «Nuestro más sentido pésame a los familiares y amigos de los fallecidos en el accidente en Llanes. Todo nuestro cariño. Descansen en paz».

También la Real Federación de Fútbol del Principado de Asturias ha expresado su dolor y enviado «toda nuestra fuerza» para la recuperación del herido grave. Asimismo, ha decretado que habrá un minuto de silencio en todos los partidos que se disputen este fin de semana en la región.

En el brutal choque que segó la vida de Sandra Ramos y Pablo Torroba se vio implicado otro coche, cuyos ocupantes también son vecinos de la zona, una pareja de emigrantes retornados residentes en la localidad llanisca de Lledías. Ambos resultaron heridos, ella con pronóstico reservado y él leve.

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