Santa Eulalia une a la Iglesia asturiana

E. VÉLEZ

La misa solemne en honor de Santa Eulalia de Mérida, patrona de la diócesis y del Principado, coincidió ayer con la clausura del sínodo diocesano de la Iglesia asturiana. La Catedral celebró una liturgia común para los dos eventos con varias modificaciones respecto a años anteriores.

El arzobispo, Jesús Sanz, ofició la ceremonia, que contó con la asistencia del arzobispo emérito de Oviedo, Gabino Díaz Merchán; los obispos de Astorga, León y Santander, así como de 130 sacerdotes y sinodales. Los concejales Agustín Iglesias Caunedo, Jaime Reinares, Benjamín Cabañas, Trinidad Ordiz, Andrés Llavona, Juan Pérez Zaldívar y Cristina García-Pumarino acudieron en representación municipal pero, a diferencia de otras ocasiones, no trasladaron los restos de Santa Eulalia desde su capilla al altar mayor. Con motivo de la conclusión del sínodo, cuatro miembros de la asamblea de la diócesis portaron la arqueta que guarda las cenizas de la santa.

El sínodo es una asamblea de sacerdotes y fieles organizada con el objetivo de reunir propuestas sobre el futuro de la Iglesia asturiana, y comenzó en Oviedo en 2006, convocada por el entonces arzobispo, Carlos Osoro. El traslado de Osoro a la sede episcopal de Valencia abrió un paréntesis en el transcurso de la asamblea diocesana, pero a su llegada a la ciudad, Sanz reanudó el trabajo. A lo largo del sínodo ayer clausurado participaron 219 personas; 104 seglares, 97 sacerdotes y 21 religiosos, organizados a través de 438 grupos constituidos en toda la diócesis.

Durante la misa el prelado recibió las propuestas realizadas en el sínodo, unas conclusiones extraídas de las más de 18.000 aportaciones recibidas desde 2006, que trasladará a la Conferencia Episcopal Española. El arzobispo prevé tener aprobado en 2012 el plan pastoral, es decir, la «hoja de ruta» de la Iglesia asturiana para los próximos cinco o diez años. «Serán los decretos sinodales los que inspiren la realización del plan pastoral diocesano con el que, en comunión con toda la Iglesia, seguiremos remando mar adentro en la época apasionate y apasionada que nos ha tocado en gracia vivir», anunció Sanz en la homilía, en la que también mencionó a Santa Eulalia: «Sus reliquias son ese nexo que nos vincula con la historia cristiana».

Al término de la misa los cuatro sinodales trasladaron de nuevo los restos de Santa Eulalia hasta su capilla catedralicia.

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