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Los cultivos del Paraíso

El pequeño gran rey del jardín

Conseguir un árbol o arbusto en tamaño "mini" es una práctica que engancha; no es difícil si se siguen unas pautas

Un bonsái. P.F.

A pesar de llevar trabajando casi media vida en la misma empresa no pudo escapar a la crueldad de la crisis, hizo todo lo que estaba en su mano, incluso cambio de ciudad en varias ocasiones en un esfuerzo por retrasar lo que era ya inminente. El cambio drástico no solo le ocasionó un problema económico. Anímicamente cada día se sentía peor, comenzó a perder la ilusión por todo, una pena. Su familia intentaba sin éxito animarla, cosa que cambiaría el día de su cumpleaños. Sus hijos la regalaron un pequeño bonsái, al principio ni fu ni fa, pero poco a poco aquel arbolito llamo su atención y consiguió que se interesarse por este arte. La tristeza y el desanimo desaparecían a medida que iba podando las ramas. Hoy tiene decenas en casa.

Este arte originario de China, que posteriormente se extendió a Japón, consiste en cultivar cualquier tipo de árbol o arbusto reduciendo su tamaño bien con podas o con su cultivo en macetas diminutas o alambrado. El sustrato, una mezcla especial para mantener la humedad y los nutrientes es de vital importancia, por lo tanto un buen sustrato debe llevar akadama -arcilla originaria de Japón- y tierra volcánica. Dependiendo un poco de la variedad que sea preferirá sol o sombra, o podrá exponerse al frío, eso depende del árbol que cultivemos. A medida que nuestra planta va creciendo esta se va modelando.

Un paso importante es el alambrado. Se va enrollando con un alambre de cobre la rama y poco a poco se modula en la forma que se desea; hay de diferentes calibres que se eligen en función del grosor de la rama. Pasados unos meses la rama ya mantendrá su nueva forma y se podrá retirar el alambre. La poda es un tema delicado. Con la de mantenimiento o pinzado se eliminan las ramas exteriores con la intención de que desarrollen las interiores y que se ramifiquen.

Este tipo de poda se puede hacer durante toda la época de crecimiento. La de formación es algo más compleja, pues hay que decidir que ramas eliminar. A veces son de gran tamaño y además van a definir la forma del árbol. La época más adecuada es a principios de la primavera o a finales de otoño.

Otro aspecto importante en el maravilloso mundo del bonsái es el trasplante. Esta delicada operación tiene que hacerse a finales de invierno o a principios de primavera. Sabremos que el momento ha llegado cuando que las raíces comiencen a formar una maraña.

Una vez que se ha sacado el cepellón de la maceta veremos si es necesario el cambio. Con la ayuda de un pequeño palito iremos deshaciendo el cepellón eliminando el sustrato antiguo y eliminando un tercio de las raíces, intentando dañar lo menos posible el resto.

En la maceta pueden colocarse unas pequeñas mallas para cubrir los agujeros, y usaremos un alambre para fijar la planta a la maceta. Cubrimos el fondo con una pequeña capa de drenaje, otra de sustrato, fijamos el bonsái y agregamos sustrato y regamos.

Es importante no abonar durante un mes aproximadamente después del trasplante. Durante el crecimiento deben de aportarse nutrientes, ya que en esas macetas tan pequeñas por mucho que las raíces intenten buscar alimento no van a encontrarlos, de ahí que sea tan importante el abonado. En primavera, época de crecimiento, es importante elegir un abono rico en nitrógeno, y de cara al invierno es interesante utilizar uno con una proporción menor. Cuando estamos hablando de bonsáis ejemplares, que ya son adultos, conviene reducir esa proporción de nitrógeno, y cuando se trata de bonsáis que tienen floración, usaremos abonos que la estimulen.

El riego depende un poco de las necesidades de la planta, la época y el clima. No es algo matemático, ya que las necesidades hídricas varían y no queda más que estar un poco atento para conocer cual es el momento mas adecuado, cuando el sustrato empiece a estar ligeramente seco. El sistema que mejor resultado me ha dado es sumergir en un recipiente con agua, y pasados unos segundos dejar escurrir.

Entre las plagas y enfermedades podemos encontrar como mas comunes, ácaros, cochinillas y pulgones así como hongos en la raíz y en las hojas. Es importante detectar el problema antes de que sea demasiado tarde.

Nada mejor para relajarse que el cuidado de un bonsái, pero créanme que no será sólo uno. Esto engancha, es todo un mundo.

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