La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Celso Iglesias, psiquiatra: "Ser agradecido mejora nuestra salud mental"

El jefe de los servicios psiquiátricos del área del Nalón ingresa hoy en la Real Academia de Medicina de Asturias

Celso Iglesias, ayer, en su despacho del Sanatorio Adaro. FERNANDO RODRÍGUEZ

El psiquiatra Celso Iglesias García dirige el área de gestión clínica de Salud Mental del Hospital Valle del Nalón. Asimismo, preside la Sociedad Asturiana de Psiquiatría. Hoy ingresa como miembro correspondiente en la Real Academia de Medicina del Principado de Asturias, en un acto que se desarrollará a partir de las 20.00 horas en el salón de actos del Colegio de Médicos (plaza de América). Su discurso lleva por título "Valores humanos, ¿factores de protección para la salud mental?". Será presentado por José Luis Mediavilla Ruiz, académico de número. En las líneas que siguen, el doctor Iglesias glosa algunas de las ideas que expondrá con detalle a lo largo de su charla de esta tarde.

Valores humanos y salud mental. "Los valores son las metas que nos marcan el camino para llevar la vida de una forma adecuada, y además nos dan motivación, nos dan energía para seguir el rumbo escogido. Sin rumbo y sin energía nos condenamos a la deriva, vulnerables, y esas situaciones producen incertidumbre, frustración y angustia".

El equilibrio mejora el entorno. "Tener valores adecuados es cerebrosaludable, disminuye la tensión emocional cotidiana, permite al cerebro desarrollarse adecuadamente y lo prepara para aguantar las posibles adversidades. Pero una persona equilibrada también va a tener una influencia positiva en las personas de su entorno. Los valores son una fuente de sentimientos positivos para uno mismo y para los demás".

El efecto del cuidador. "Pensemos en el altruismo, el efecto que hacen los cuidadores en las personas a las que cuidan sin esperar nada a cambio. El ejemplo del altruismo es revelador: se sabe que aunque cuidar a una persona produce emociones positivas en el cuidador y en la personas cuidada, el bienestar es mayor para el cuidador".

Falta de escrúpulos y enfermedad mental. "Ser un canalla tiene poco que ver con la enfermedad mental. Sabemos que las personas con trastorno mental tienen más posibilidades de ser víctimas de abusos que de producirlos, y esto es más evidente en los casos en enfermedades mentales más graves. Lo que está claro es que el maltrato, y las personas sin escrúpulos tienen más riesgo de cometerlo, tiene influencia directa en la aparición de patología mental en las personas maltratadas".

Los problemas cotidianos en la consulta. "Entre un 30 por ciento y un 50 por ciento de las consultas actuales a los servicios de salud mental son por problemas relacionados con dificultades para adaptarnos a las situaciones de la vida cotidiana. Ser mejores personas, tener valores como la bondad, la aceptación de los otros, la independencia del pensamiento o el disfrute de las cosas, evita muchas situaciones de tensión emocional, nos hace más felices e incluso disminuye los niveles de inflamación. Aspectos como el agradecimiento son ejemplos claros. Ser agradecido mejora nuestra salud mental y el pronóstico de las enfermedades en el caso de que las padezcamos".

Los ambientes más tóxicos. "Sabemos que las relaciones personales y familiares adecuadas son fuente de bienestar emocional. Desgraciadamente, la situación inversa también se da. En nuestras consultas podemos ver muchas veces relaciones que, incluso sin mala fe por parte de los interesados, producen mucha tensión emocional. Si además hay mala fe, la situación se complica mucho más. Estas situaciones pueden desembocar en el desarrollo de trastornos de adaptación que son muy frecuentes. Pueden ayudar a que aparezcan trastornos depresivos o de ansiedad: tenemos hasta un 10 por ciento de probabilidades de padecer un episodio depresivo a lo largo de la vida. O incluso hacer que las personas con enfermedades psiquiátricas graves como la esquizofrenia o el trastorno bipolar empeoren".

El daño de los más próximos. "Cualquier entorno puede ayudar a que los síntomas psiquiátricos aparezcan, pero el impacto de los traumas es más intenso en función de la cercanía de quien nos los produce. Los lazos emocionales amplifican la intensidad del daño".

Un buen jefe, un buen cónyuge, un buen amigo... "Vivir en un entorno equilibrado es importante, una suerte, pero lo más importante es tener un ambiente interno cerebrosaludable. Ser congruente, disfrutar de las cosas y tener un propósito tiene como resultado que el balance de nuestras emociones sea positivo y que podamos ofrecer a nuestro cerebro condiciones óptimas para que ejerza su función. Tener un sistema de valores equilibrado sería la clave para conseguir una situación emocional cerebrosaludable. Si además compartimos los valores de las personas que tenemos alrededor, la situación puede ser fantástica".

El recurso a las pastillas. "El consumo de psicofármacos ha aumentado progresivamente, sobre todo de fármacos para tratar la ansiedad, ansiolíticos, o antidepresivos. Pero también los analgésicos, los hipotensores, los protectores gástricos... Y soluciones no farmacológicas, como cirugía plástica o dietas milagro. Ha disminuido la tolerancia social al malestar y ha aumentado la oferta de soluciones que en ocasiones se venden como mágicas, y eso se transmite al individuo. Desde la teoría, el uso masivo de benzodiacepinas no está justificado: son fármacos para usar durante periodos cortos de tiempo y no favorecen el correcto funcionamiento cerebral ni su reparación si tiene daños. En la práctica, habría que ver cada caso individualmente".

Los fármacos no son la solución. "Si nos fijamos en los datos globales, debemos decir que el aumento del uso de psicofármacos y también de intervenciones psicoterapéuticas, que ha habido en los últimos años, no parece haber disminuido el sufrimiento mental; el número de consultas a salud mental ha aumentado".

Tragarse sapos a pelo. "Un mal trago hay que pasarlo. La vida tiene un componente dramático del que no podemos ni debemos prescindir. Al igual que sucede con los músculos a través del entrenamiento físico hay que entrenar al cerebro para que sea capaz de adaptarse a los cambios sin sufrir daños. Eso que se llama resiliencia se consigue enfrentándose a los malos tragos de forma progresiva y en ambiente cerebrosaludable, con la tranquilidad de que tenemos el apoyo de las personas de alrededor y la tranquilidad de que hemos actuado de forma correcta".

No medicalizar la vida. "Debemos evitar hacer anómalo lo que es normal, no se deben medicalizar las situaciones cotidianas. Los medicamentos pueden ser útiles cuando el dolor, físico o moral, es incomprensible, excesivo o se presenta a destiempo, pero no para las situaciones cotidianas, aunque sean dolorosas".

Compartir el artículo

stats