Las sospechas se han confirmado. El cadáver hallado en el desfiladero de Las Xanas (Santo Adriano) hace un mes corresponde al ovetense José Antonio García Fidalgo, desaparecido desde el 5 de febrero. Así lo certificaron ayer fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil de Oviedo, que dieron por cerrada la investigación.

El cadáver fue localizado el día 30 de mayo en avanzado estado de descomposición en el conocido desfiladero, en un área de difícil acceso, junto al río. Fueron un grupo de agentes de la Guardia Civil, que realizaban entrenamientos en la zona, quienes localizaron el cuerpo y lo trasladaron hasta el aparcamiento público de la localidad de Las Xanas. Ellos mismos dieron el aviso a Comandancia de Oviedo y acto seguido se trasladó el cadáver al Instituto Anatómico Forense de Asturias.

El estado de putrefacción del cuerpo impidió conocer la identidad del fallecido en aquel primer momento, a pesar de que los agentes de la Policía Judicial de Mieres, al frente del caso, cotejaron el registro de desaparecidos para facilitar las tareas de identificación del cadáver. Lo que sí se determinó entonces fue que no había sufrido una muerte violenta. "No se encontró nada raro", afirmaron desde Comandancia de Oviedo.

Los resultados de los análisis genéticos de ADN, que se conocieron ayer, confirmaron que la identidad del cuerpo hallado junto al río en Las Xanas correspondía a José Antonio García Fidalgo, vecino de La Ería y natural de Sograndio (Proaza).

José Antonio desapareció de su casa el 5 de febrero sin despedirse ni avisar a sus familiares. Ni siquiera pudieron felicitarle su 63 cumpleaños, que tuvo lugar el 24 de febrero, cuando ya se encontraba en paradero desconocido.

La última persona en verlo fue su novia Mirian Martins, que pasó con él la tarde por Oviedo justo el día antes de que se le perdiese la pista para siempre. Por la noche intercambiaron whatsapps. Por la mañana, José Antonio había desaparecido. Su teléfono móvil estaba apagado y su coche, aparcado en el garaje. "Estábamos prometidos e íbamos a casarnos en poco tiempo", declaró entonces, resignada, su novia a LA NUEVA ESPAÑA, cuando se cumplían 23 días desde su desaparición.

La joven llevó a cabo también una campaña en redes sociales para encontrar a su pareja.

Además de su novia, la hermana del fallecido también se entregó a las tareas de búsqueda. De hecho, fue ella quien presentó la denuncia de su desaparición ante la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía aproximadamente una semana después de seseguir sin noticias del paradero de José Antonio.