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"Los retrasos pueden dinamitar la venta de pisos", advierten algunos promotores

El sector inmobiliario teme que muchas reservas sean canceladas si las trabas burocráticas demoran en exceso la construcción de las viviendas

"Nos dan escalofríos sólo de pensar que las licencias podrían demorarse más de nueve meses". Así expresa un promotor inmobiliario con proyectos pendientes en Oviedo su total preocupación por el atasco en la tramitación de licencias de obras. Sostiene que la sola posibilidad de que los trámites se puedan demorar durante más de diez meses podrían provocar efectos devastadores para la actividad económica de su compañía.

El hecho de que las reservas de los clientes se acuerden con vistas a la obtención de la licencia de obra en un plazo de unos seis meses hace de este condicionante un factor de riesgo para el promotor. "Los atrasos pueden dinamitar las reservas de pisos nuevos", sostienen fuentes de una empresa promotora que recuerdan que un simple retraso de unos meses puede tener consecuencias fatales. "Supone tener que recurrir a financiación más cara y exponerse a que los potenciales compradores cancelen sus reservas", indican.

Es por esos motivos por los que los potenciales afectados también reclaman al Ayuntamiento que tome medidas encaminadas a atajar el atasco que, recuerdan, afecta tanto o más al sector público como el privado. "Se pierden los ingresos por licencias, los futuros cobros por IBI y la posibilidad de generar empleo y rotación de viviendas de segunda mano", enumeran entre las razones de peso para tratar de buscar soluciones "por todos los medios posibles".

Por otro lado, defienden que los problemas de los retrasos en la tramitación en licencias no son tan generalizados en los ayuntamientos. "A veces nos resulta sangrante ver cómo las licencias en León van como un tiro y aquí se hace cuesta arriba conseguirlas", manifiestan en lo que consideran una prueba de la existencia de diferentes modelos de gestión. "Si hay quien lo hace bien es porque es posible hacerlo", apunta un constructor que también ve importantes diferencias dentro de la región. "Los ayuntamientos pequeños funcionan mucho mejor que el de Oviedo o el de Gijón", añade.

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