Daniel González es del barrio de Pumarín "de toda la vida" y lleva un par de semanas trabajando en Santiago de Chile. Es calderero y se encuentra allí con más asturianos para "darle los últimos remates" a una planta de cal que la empresa Navec está montando en la capital del país andino. Su estancia en Chile no va a durar más de un mes, pero ha coincidido justo con las fiestas de San Mateo.
-Ha tenido que irse cuando comienzan las fiestas de la ciudad. Mala pata, ¿no?
-La verdad es que por una parte es un fastidio porque no podemos estar ahí disfrutando de San Mateo, pero al menos tenemos la oportunidad de conocer otro país y otra cultura muy diferente a la nuestra. Precisamente aquí se están celebrando las fiestas nacionales, así que tampoco lo vamos a pasar tan mal.
-¿Entonces no echa nada de menos?
-Ahora mismo lo que nos falta aquí es la sidra.
-¿Cuáles son sus primeras impresiones de Santiago de Chile?
-Lo que más claro tengo en el poco tiempo que llevo aquí es que es una ciudad gigante. Hay muchas cosas para ver, pero no sé si nos va a dar tiempo a hacerlo porque a todo esto hemos venido a trabajar duro, que quede claro.
-¿Cree que podría quedarse a vivir en Chile?
-Oviedo y Asturias tiran mucho. La tierra es la tierra. Asturias siempre. Esto está muy bien para conocerlo, pero creo que se vive mejor en Oviedo.
-¿Conocen Oviedo en Santiago de Chile?
-Ni en broma, al menos la mayoría. El otro día pasamos por un hotel que tenía la bandera de Asturias, le pregunté el por qué a un trabajador y ni siquiera sabía de donde era esa bandera que tenía colgada.