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Yerokhin saca genio y sensibilidad en su segundo recital para la Filarmónica

El intérprete ruso se ganó al público ovetense con su virtuosismo al piano

Yerokhin saca genio y sensibilidad en su segundo recital para la FilarmónicaIRMA COLLÍN

En su segunda actuación para la Sociedad Filarmónica de Oviedo, el intérprete ruso Sergei Yerokhin convenció al público sacando el genio y la originalidad que le han dado fama y que han hecho de él uno de los grandes pianistas de su generación. Mozart, Schumann y Rachmaninov fueron los compositores que Yerokhin eligió para reencontrarse ayer con los melómanos ovetenses.

El músico moscovita, que con 26 años fue premiado en el reputado Concurso Internacional de Piano de Santander Paloma O'Shea, se presentó ayer ante sus seguidores con una presencia imponente, una técnica prodigiosa y una interpretación enérgica. Y con todo ello, el pianista ruso no tardó en ganarse el favor del público, nada más empezar el recital.

Sergei Yerokhin ha actuado en teatros de toda España, también en el Campoamor, y con agrupaciones de todo el país, incluida la Orquesta Sinfónica del Principado, con la que tocó como solista. Así que Yerokhin conoce bien al público español en general y al asturiano en particular. Ayer, Yerokhin consiguió una buena entrada de público y demostró su sobrado dominio del piano con el "Steinway" que la Filarmónica pone a disposición de los concertistas.

Ayer, en el patio de butacas del teatro Filarmónica, la inmensa mayoría de los espectadores eran mujeres de mediana edad, apenas había hombres y mucho menos caras jóvenes entre el público. Precisamente, la Sociedad Filarmónica de Oviedo tiene, entre sus problemas más acuciantes, según ha reconocido reiteradamente su presidente, Jaime Álvarez-Buylla, el de la renovación generacional.

El recital de Yerokhin comenzó con una música fácilmente reconocible, incluso para quienes no son melómanos: el "Rondo Re M KW. 485", de Mozart. El ruso la desarrolló con una destreza inusual. Luego, tras saludar y ser correspondido con un amplio aplauso, continuó con una composición de Schumann, "Fantasía op. 17 DoM". La segunda parte de su concierto estuvo dedicada íntegramente a Rachmaninov, con los preludios Op. 23, nº 6, y el 32, nº 7. Y para cerrar el programa, Sergei Yerokhin eligió la Sonata nº 2 Op. 36.

Sergei Yerokhin proviene de una familia de músicos, estudió en la Escuela Central de Música de Moscú con Vadim Sukhanov y tuvo como maestro a Dimitri Bashkirov, y viaja por todo el mundo con su música.

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