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Absueltos los médicos acusados de recetar anabolizantes

La Audiencia exonera a uno de los doctores por falta de pruebas y a la otra porque prescribió los medicamentos en dosis bajas

La sección tercera de la Audiencia Provincial ha exonerado a los dos médicos del centro de salud de La Lila -uno de ellos ya jubilado- acusados de prescribir sustancias anabolizantes, y para los que la Fiscalía pedía inicialmente penas que sumaban ocho años de prisión, aunque luego la redujo a cinco. En el caso de la médico, María Jesús A. M., de 65 años, considera que, efectivamente, tal como ella reconoció en el juicio, recetó medicamentos que contenían anabolizantes a un amigo de su hijos, pero en cantidades bajas, de forma que no afectaron a su salud. Las cantidades, señala la sentencia, son inferiores a la llamada dosis terapéutica y las explicaciones ofrecidas por la facultativa, "razonables", según indica la sentencia.

Efectivamente, la médico aseguró en la vista que había recetado los anabolizantes al amigo de su hijo porque éste indicaba que se encontraba débil e inapetente. Primero intentaron revertir esa situación con vitaminas y dieta, y posteriormente lo intentaron con los medicamentos que contenían los anabolizantes, tras un análisis previo. La médico aseguró durante el juicio que desconocía que el receptor de los medicamentos fuese culturista. El tribunal considera esta versión como "verosímil", y añade que la prescripción de los medicamentos no puso en riesgo la salud ni la integridad del paciente, quien llegó a asegurar en el juicio que el tratamiento apenas había tenido efectos. Al no concurrir un riesgo concreto, el tribunal estima que no concurre el delito contra la salud pública que se imputada a la doctora.

En cuanto al médico jubilado Vicente Ramón A. M., el tribunal considera que no hay pruebas de que extendiese recetas falseando la identidad del receptor, tal como sostenía la Fiscalía, delito por el que solicitaba inicialmente seis años de prisión, que luego, al final del juicio, redujo a tres.

En el caso de este médico, el tribunal considera que los informes caligráficos no son concluyentes, abonándose a la tesis de la defensa, que corrió a cargo del letrado ovetense Julio César de Antolín Morán. El médico siempre dijo que las recetas y notas de consulta por las que era acusado tenían su firma, aunque no reconocía como suya la letra con la que se escribió el receptor de los medicamentos. El médico indicó que, en la época en que esas recetas se utilizaron, septiembre de 2013, estaba de vacaciones, por lo que pudieron ser sustraídas de su consulta y falsificadas. El tribunal señala que ha concluido el proceso valorativo "sin poder alcanzar el grado de certeza exigible acerca de la autoría cuestionada".

La Fiscalía sostenía que, a lo largo del año 2013, desde sus respectivas consultas en La Lila, realizaron estas acciones a sabiendas de que estaban poniendo en peligro la vida o salud de las personas. Se trataba, según la Fiscalía, de personas que practicaban deporte de forma no federada y que pretendían aumentar su musculatura. Nada de ello ha quedado probado.

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