Patricia Martínez es tutora de cuarto de Primaria en el colegio Amor de Dios, en Pumarín. Fue alumna del centro hasta tercero de BUP, estudió Magisterio por Educación Física y ya el primer año de carrera regresó al centro para hacer las prácticas. Desde hace 18 años es profesora.
- Toda la vida en el Amor de Dios.
-Sí. Fui alumna y ahora profesora. Solo estuve fuera dos años, el de COU, que no se impartía en el colegio, y un año al acabar la carrera. Estaba trabajando en las oficinas del Real Oviedo cuando me llamaron para incorporarme.
- ¿Ha cambiado mucho la educación desde hace 18 años, cuando usted empezó como profesora?
-Muchísimo. Se ha pasado de seguir a rajatabla lo que decía el libro a desarrollar proyectos de innovación. No se pueden olvidar los contenidos del libro pero hay que innovar.
- ¿Le sirve de algo lo que estudió en la carrera?
-Me sirve la experiencia y la emoción. Cuando pones en marcha un proyecto para los alumnos te lo tienes que creer sino no sale bien.
- ¿Y los niños aprenden más o menos?
-No sé si aprenden más lo que tengo claro es que lo hacen con más ganas.
- ¿Y para el profesor no es más fácil ceñirse al libro?
-Es más sencillo y supone menos trabajo pero no se debe hacer. Tenemos que innovar y motivar a los alumnos.
- ¿Supone más trabajo?
-Mucho más, el tiempo que los profesores dedicamos al trabajo se ha multiplicado en los últimos años. Poner en marcha un proyecto educativo en el que se tratan todas las asignaturas sobre una misma base requiere mucho trabajo y esfuerzo.
- Tiene que dar clase y buscar en un capítulo de Willy Fog el contexto adecuado para que los niños aprendan matemáticas.
-Esto supone hacer un trabajo doble porque se trabaja en todas las áreas con mucha intensidad .
- ¿Cómo se ha tomado el colegio este cambio en el modelo educativo?
-Tenemos todo el apoyo tanto de la dirección como de la AMPA.
