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"Teatro Margen", la compañía que desafió en escena al Oviedín del alma

Se cumplen cuarenta años del estreno de "De vita beata", un retrato descarnado de la sociedad carbayona | José Antonio Lobato: "Algunos nos dijeron que cómo nos íbamos a atrever a caminar por la ciudad de día"

"Teatro Margen", la compañía que desafió en escena al Oviedín del alma

Una de las compañías de teatro más longevas de España tiene su sede en el corazón del barrio de San Lázaro. En un bajo al lado de un taller mecánico de la calle Hevia Bolaños, los actores José Antonio Lobato y Alfonso Aguirre, el núcleo duro actual de "Teatro Margen" junto a Marisa Pastor, reciben a LA NUEVA ESPAÑA. Es lo más parecido a la trastienda en la que un mago guarda el secreto de sus trucos. No está abierto al público, pero hay que verlo para poder contarlo y tener una visión global de lo que significan 40 años de historia en la escena. Una trayectoria que acaba de ser premiada con la medalla de plata de la ciudad.

Atrezo, vestuario, cachivaches, folletos, fotografías y carteles. Muchos carteles. Los pósteres de "El viaje a ninguna parte", "Otelo", "La Regenta en el recuerdo" o "La Celestina" decoran la pared de un altillo en el que Lobato toma asiento, se relaja y hace una narración plagada de anécdotas. Como todas las buenas historias. "A mí la puta mili me apartó un tiempo de la compañía, pero estuve en la creación, cómo no".

La disolución de los grupos de teatro asturianos "Caterva", "La Carreta" y "Tragos" en 1977 dio lugar al nacimiento de "Margen". En aquel entonces, llamado "Colectivo Margen". "Éramos unas veinte personas, pero luego la selección natural hizo que al final quedásemos siete". Esos siete eran Etelvino Vázquez, Arturo Castro, Ceferino Cancio, Miguel Ángel Granda, Lola R. Cuesta, Charo Carbajal y Lobato. El grupo partía de la creación colectiva, sin textos previos, para luego desarrollar una idea a fuerza de estudio y ensayo.

Su primera obra fue "Y los cíclopes salieron de las entrañas de la tierra para asaltar el cielo". Estaba basada en una hipótesis histórica; qué hubiera pasado si la Revolución de Octubre del 34 hubiera triunfado. "La verdad que el titulín se las trae. Lo sacamos de una novela". Estrenaron el espectáculo el 20 de octubre de 1977 en el patio del Grupo Escolar Aniceto Sela de Mieres y estuvieron de gira dos años por toda España. A propósito de esa obra, Etelvino Vázquez cuenta en su libro "Una escuela a la intemperie" que fue "toda una declaración de principios tanto teatrales como ideológicos".

A los cíclopes les siguió después "De vita beata", que era una satírica sobre el Oviedín del alma. Seis actores daban vida a una treintena de personajes gracias a la técnica de la Comedia del Arte. Es decir, con máscaras, cambios de vestuario y un perfecto dominio del cuerpoc. El telón se abrió por primera vez el 28 de octubre de 1978 en el teatro de la Cátedra Jovellanos de Extensión Universitaria de Gijón. "Lo de estrenar en Gijón no fue por nada. En serio. Surgió así". La obra supuso la consagración definitiva para la compañía a nivel nacional e internacional, pero tuvo una piedra en el camino. Y fue en Oviedo.

El Ayuntamiento, con Luis Riera como alcalde de la UCD, prohibió la representación. Dijo entonces que fue por el programa de mano y no por el contenido del espectáculo. Dolores Cuesta diseñó un cartel en el que los ángeles de la Cruz de los Ángeles aparecían en situación indecorosa y con el culo al aire. Según Lobato, una mujer que les vio actuar en La Bañeza (León) se escandalizó y mandó cartas de protesta a todos los periódicos y al Alcalde. Pasaron dos años y cuatro meses hasta que el gobierno local olvidó aquella misiva y permitió hacer "De vita beata" nada menos que en el Campoamor. "Hicimos dos funciones y tuvimos mucho éxito. Los acomodadores estaban alucinados porque tenían que abrir el gallinero".

"Margen" cosechó entonces aplausos en la capital asturiana, aunque también críticas y cierta incomprensión. Y es que la obra arrancaba fuerte. El director del Banco de Asturias, Don Onésimo, le dictaba un discurso a su secretaria de manera pomposa y, una vez que ella terminaba de mecanografiar, masturbaba a su jefe. "Algunos nos dijeron que cómo nos íbamos a atrever a caminar por Oviedo de día", dice Lobato antes de añadir: "Había otra escena en que mi personaje, un obrero de la construcción de nombre Jaminín, gritaba: 'Me cago en Dios' en la plaza de la Catedral. Allí se hablaba de hacer un aparcamiento subterráneo debajo de la plaza. El público se rió en todos los lugares donde representamos la obra, pero en el Campoamor se hizo un silencio sepulcral y acojonante".

Algunos se vieron claramente reflejados en aquel retrato descarnado de la sociedad ovetense. Como Jaminín, que existe de verdad. "Está tan vivo como tú y como yo. De aquella trabajaba en la obra y paraba mucho por La Barrina, el bar que los padres de nuestro compañero Cancio tenían en la calle San Isidoro. Durante un tiempo dijo que quería cobrarnos por derechos de autor".

Segunda parte

"Margen" ha desechado la idea de rescatar "De vita beata". A Lobato sólo se le ensombrece el rostro al explicar el porqué. "Es por respeto a mis compañeros de entonces, Ceferino Cancio, Ramón Pérez 'Monchi', Margarita Rodríguez, Miguel Granda, Etelvino Vázquez y Arturo Castro". Miguel y Margarita abandonaron el grupo hace años, Etelvino montó su propia compañía, "Teatro del Norte", y Arturo Castro se retiró hace seis años por un accidente. Los dos primeros, Cancio y "Monchi", fallecieron a los 43 años, con seis meses de diferencia, a causa de un cáncer. "Fue un palo muy gordo que nos dejó hechos polvo". Lo que la compañía no descarta es hacer una nueva versión de la obra, actualizada y con otros personajes. "De vita beata II".

El "Colectivo Margen" pasó a llamarse "Teatro Margen" cuando el Estado obligó a las compañías a constituirse en empresas dejando de ser comunidad de bienes. El grupo llegó a actuar en lugares inverosímiles a petición de asociaciones vecinales, colectivos culturales, ayuntamientos o diputaciones. Por ejemplo, en una cuadra en la Argañosa que tuvieron que acondicionar y limpiar previamente.

En la calle

En los ochenta, comenzaron a montar espectáculos de calle influenciados por "Els Comediants", a los que vieron actuar en Zamora. "Lo que hacían nos abrió los ojos a otra forma de entender el teatro y quisimos experimentar". Entonces diseñaron y estrenaron "Crónica y ficción del mucho mogollón"; una lección magistral sobre Asturias desde la Prehistoria hasta la Revolución Industrial con la que recorrieron el país y a la que siguieron otros muchos montajes callejeros como "War!". De hecho, "Margen" introdujo el teatro de calle en Portugal e incluso se hizo más conocido por esas obras que por su teatro de sala.

Para Lobato, el estreno de "Las galas del difunto", de Valle-Inclán, supuso para "Margen" un punto de inflexión en la representación de obras de autor al igual que la larga lista de montajes de textos del Siglo de Oro: "El príncipe melancólico", de Lope de Vega; "La dama duende", de Calderón de la Barca, o "Entre bobos anda el juego", de Rojas Zorrilla. "Sería imposible quedarse con un solo montaje o no dejar alguno en el tintero. Son cuarenta años de trabajo".

Lo mismo sucede con la nómina de colaboradores de "Margen", desde actores hasta directores, pasando por técnicos. Así, Ángeles Arenas es una de las actrices que más veces han trabajado con ellos, mientras que ha habido otros intérpretes más ocasionales, como Eduardo Antuña. Algunas colaboraciones resultan curiosas y destacan en las biografías de los protagonistas. Es el caso de Emilio Sagi, que dirigió e hizo la dramaturgia junto a José Luis Caramés del "Otelo" de "Margen". El único espectáculo puramente teatral y no lírico que Sagi ha dirigido en un gran escenario.

En la actualidad, la compañía está centrada en la preparación de eventos puntuales de calle y en la promoción de la obra "Semblanza Mauricio Kartún. Cumbia Morena Cumbia" con el "Teatro Estudio Gijón (TEG)". Se estrenó el pasado noviembre en el Filarmónica y es un trabajo a medias en el que el TEG puso la idea y "Margen" se encarga de la producción. El futuro del decano de los grupos profesionales de teatro en Asturias aún está por escribir.

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