El estudio geológico y geotécnico realizado por el equipo redactor del plan para el bulevar de Santullano en la zona donde se ubicará el lago desvela que en ese ámbito hay un alto nivel freático, algo que afectaría tanto a los trabajos de excavación del vaso como a la ejecución de la red de desagües de la instalación.
Por tanto, a la vista de que en los trabajos de excavación y de las conducciones de recirculación va a estar presente el agua, los técnicos deberán poner en marcha un sistema que permita realizar las obras en seco. Llegado el caso, esa labor correrá a cargo de la constructora que resulte adjudicataria de la actuación y deberá contar con el visto bueno de la dirección facultativa y de los técnicos municipales.
Sistemas de bombeos abiertos superficiales, un predrenaje que provoque el descenso del potencial hidráulico, diafragmas que actúan como barreras impermeables o sistemas de exclusión que evitan la llegada de agua subterránea a la obra mediante un desplazamiento por presurización son las cuatro alternativas que proponen los arquitectos para evitar que el agua subterránea afecte de manera negativa a la ejecución de los trabajos de construcción del lago.
Para la impermeabilidad del vaso se ejecutará una zanja perimetral, con una sección de 1,20x1,20 metros, que servirá de contrapeso para la fijación de una capa impermeable compuesta por dos láminas de geotextil y una geomembrana, sobre una capa de zahorra artificial compactada de 20 centímetros de espesor. Encima de esta capa impermeable deberá extenderse otra similar, sobre la que irá tierra vegetal.
