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Las deficiencias en la red de semáforos empezaron con la anterior concesionaria

La empresa que estuvo varias décadas gestionando el servicio dejó tecnología obsoleta y sistemas inservibles, denuncian en El Rubín

Un rosario de irregularidades, hasta diez, pone en peligro el contrato de la red de semáforos en la ciudad, según denunciaba un informe revelado por LA NUEVA ESPAÑA hace un mes. Ahora, mientras la empresa responsable, Aluvisa, se afana en responder a los incumplimientos antes de que finalice el año, según el compromiso adquirido ante el concejal y los técnicos, otros informes municipales a los que ha podido acceder este periódico apuntan a otras irregularides, defectos e incumplimientos en este mismo contrato, pero en lo relativo a la gestión de la anterior concesionaria, la empresa Telvent, que habría dejado tras su gestión de varias décadas tecnología obsoleta y sistemas inservibles, explican en el cuartel de Rubín. Si en el caso de Aluvisa los incumplimientos podrían suponer multas de entre 1.200 a 30.000 euros o perder la licitación, para Telvent los informes negativos, el no cumplimiento de sus obligaciones, podría traducirse en la no devolución de una fianza de unos 300.000 euros.

Según ha podido confirmar este periódico, la devolución de esta fianza, pese a que se refiere a un contrato extinto a finales de 2016, está todavía a la espera de lo que dictamine el área de contratación. Ahí figuran esos informes negativos aunque, apuntan otras fuentes, también hay otros en los que se asegura que la empresa cumplió.

Miembros del cuerpo de la Policía Local conocedores de las características del contrato niegan, no obstante, que los años de Telvent en el Ayuntamiento, casi tres décadas, se caracterizaran por la eficacia en la gestión. Al revés, estas fuentes inciden en que lo que Telvent dejó sin hacer o dejó hecho mal en el área de la red semafórica es el motivo de los incumplimientos de Aluvisa.

Una de las quejas principales es que Telvent tenía que haber implantado en los aparatos que puso en funcionamiento en Oviedo, principalmente en las tabletas digitales y en las tarjetas de los aparcamientos de Cinturón Verde, una tecnología de código abierto que, una vez finalizado su trabajo, se pudiera replicar o sustituir de forma sencilla por otra. Sin embargo, aseguran, el software es propio, de la empresa Telvent, con lo que se hace imposible actualizarlo a las nuevas necesidades o mejorarlo para que funcione con nuevos sistemas sin contar con la anterior contrata o sin contratar sus servicios. Pasa lo mismo con las tarjetas de Cinturón Verde, de difícil reposición si Telvent no suministra recambios al Ayuntamiento.

Más problemas. Los sistemas para medir los flujos de tráfico que dejó Telvent estaban inservibles, por lo que cuando se hizo necesario redactar el mapa de ruidos, el Ayuntamiento no tenía forma de calcularlo e hizo falta echar mano de los nuevos sistemas bluetooth de Aluvisa, que, para este fin, no se dejaron fijos.

En resumen, cuentan quienes defienden la gestión de Aluvisa y cargan contra la de Telvent, la mayoría de carencias de la nueva contrata responden a los intentos de compensar los defectos heredados. Cuando llegó Aluvisa lo primero que hizo fue trazar una hoja de ruta con sus prioridades, cuentan, y entre ellas estaba limpiar y poner en orden las conexiones en el centro de control o desplegar la fibra óptica por el tramo que faltaba para que la red de semáforos tuviera redundancia. De no hacerlo, ante una posible avería se hubiera caído todo el sistema.

A pesar de estas explicaciones, el concejal de Seguridad, Ricardo Fernández, insiste en que no es excusa hablar de lo heredado porque Aluvisa ya sabía donde se metía cuando concursó para lograr la licitación. "Mi idea, en todo caso", remata al concejal, "es que estos contratos los deje de llevar la policía".

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