"A través de los viajes que hago por la geografía asturiana observo que mejora la gestión de los residuos en los ríos; se ven menos; sobre todo, menos plástico, lo cual me congratula". Así lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA Juanjo Arrojo, fotógrafo y estudioso de la naturaleza asturiana, que acaba de publicar el libro "Asturias, el país del agua".

La obra se presentó ayer en el Club, en un acto que contó entre el público con el director general de Medio Ambiente, Manuel Calvo, y con la directora general de Patrimonio, Otilia Requejo.

El Sella con los Picos de Europa al fondo, los meandros del Nora, el Pigüeña a su paso por las brañas somedanas; el Esva, uno de los ríos singulares de Asturias, que discurre directamente hacia el mar; el Nalón en su unión con el Trubia en el concejo de Oviedo, y en el viaje definitivo que prosigue hasta San Esteban, son algunos de los "paraísos" asturianos del agua que Juanjo Arrojo fotografía en el libro. El autor, un enamorado de Asturias, reivindicó la belleza del paisaje asturiano, al que atribuye "un potencial inagotable".

La obra, con prólogo de Esther Canteli y traducción al inglés de Esther Sarfatti, "es más que un viaje por el entorno natural que envuelve ríos, embalses, lagos o cascadas, incluso al mar Cantábrico, tan presente en las desembocaduras, playas y estuarios", tal como señaló la editora Ana Roza. Esther Canteli, que no pudo estar ayer presente en el acto, dice en el prólogo que "Juanjo es el pez en el agua; un pez con un apéndice irrenunciable: su cámara fotográfica que bucea y bucea hasta conseguir que aflore ante nuestros sentidos la inconmesurable belleza y energía de un país de agua".

Una de las peculiaridades del libro es que en él apenas aparecen ciudades, salvo enclaves como el Niemeyer, en la ría de Avilés, y Cangas de Onís.