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Ellos sí que tienen cuento

Los alumnos de segundo del colegio Amor de Dios reclaman libros a diario motivados por un proyecto de lectura

Begoña Rubio coloca ejemplares nuevos en la pizarra. LUISMA MURIAS

La biblioteca de aula de segundo de A y B de Educación Primaria del colegio Amor de Dios está que no para. Jamás estuvo tan concurrida, y ¿por qué? Porque a las profesoras de estas dos clases, Cristina Ortiz y Begoña Rubio, se les ha ocurrido poner en marcha un proyecto para fomentar la lectura entre los más pequeños y funciona, porque es atractivo: "Tengo mucho cuento".

"Se trata de que aprendan a escuchar, que mejoren su dicción, su oratoria y la atención", concreta Cristina Ortiz. Los pequeños han llevado a las aulas sus libros favoritos y se los intercambian con el resto. Además, las maestras han organizado una serie de actividades para incentivar a los más pequeños y plantearles sencillos retos que siempre favorecen su interés. "Cuando se propone algo distinto, los niños siempre responden", concreta Begoña Rubio.

El proyecto, que tiene un mes de duración, se desarrolla en las clases de lengua y durante la hora que se dedica a la lectura todos los miércoles, además se hacen lecturas en inglés y en llingua y se ha programado una actividad en educación física donde los "peques" irán caracterizados de sus personajes de cuento preferidos. Pero la idea es que este proyecto sea un ejemplo para otros cursos y parece que la experiencia está funcionando muy bien. No hay más que verlos, con su libro en la mano.

Agarrada a su cuento preferido, "El gato goloso", Laura García se coloca delante de la pizarra y lee en voz alta para el resto de sus compañeros. Intenta mantener las pausas, vocalizar bien, mientras que en el público unos prestan atención y otros se revuelven, hasta los hay que miran al suelo o juegan con la pata de la mesa. ¡Tienen solo siete años! Pero tal como explican sus profesoras, los hábitos "sino se adquieren de pequeños, es muy difícil que se consoliden luego", así que, aunque la calma no reine en la clase, con ver que cada vez leen más y les gusta, el objetivo está más que cumplido.

A Alba Cartón le encanta leer en inglés y por eso ha traído a la biblioteca del aula su libro " Cat in the city", y le gusta que los demás compañeros se lo pidan. "Me llamo Francisco García Casas, tengo 11 años y voy a tirar el penalti más importante de la historia...", cuenta en voz alta Guillermo Díaz, que está leyendo el cuento que le regaló su tía por su cumpleaños el pasado 18 de octubre. Cuando él lo termine seguro que alguien más quiere llevárselo a casa, porque dice Guillermo que el cuento "mola mucho" y entonces ¿cómo se lo va perder el resto? Eso jamás.

El proyecto incluye, además del fomento de la lectura, la escritura. Así, los niños escriben historias a partir de actividades imaginativas como son los "story cubes", unos dados en cuyas caras hay dibujos, en lugar de números, y que los pequeños lanzan para intentar enlazar en una historia todos los elementos que les han salido solo con la ayuda de su imaginación.

Manuel Bustelo le explica a Santiago Mateo que "este comic te va a gustar". Y Santiago le echa un ojo y se atreve a leer los primeros bocadillos . "Cuenta la historia de dos chicas que son nuevas en el cole y el resto de alumnos se metían con ellas..." ¿Cómo terminará la historia? Manuel Bustelo lo sabe, pero no quieren desvelarle el final a su compañero, que ya quiere llevarse el cuento a casa para seguir leyendo. El final de este cuento, el de segundo de Primaria del Amor de Dios es sencillo: leer más y mejor y que los pequeños disfruten haciéndolo. Fin de la historia.

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