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Empleados de colaboración social denuncian exceso de horas y "faltas de respeto"

El director de la empresa que da servicio a centros y salas de estudio asegura "cumplir la normativa"

Empleados de colaboración social denuncian exceso de horas y "faltas de respeto"

Trabajadores de las contratas del Ayuntamiento que prestan sus servicios en centros sociales y salas de estudio denuncian públicamente un exceso de horas y de turnicidad, además de "faltas de respeto". Son personas adscritas al convenio de discapacidad por dolencias físicas o psíquicas, que, en algunos casos, han llevado su caso al Servicio Asturiano de Solución Extrajudicial de Conflictos (SASEC) o de los juzgados. Por su parte, desde la empresa adjudicataria, SBC, niegan las irregularidades. El director, Javier Pérez Nievas, asegura que la empresa aplica el convenio estatal para personas con discapacidad "sin que haya ningún tipo de abuso" sobre la plantilla, cercana a las 90 personas.

A una de las trabajadoras, ahora de baja, el juez le dio la razón al dictaminar que era ilícita la falta leve que la empresa le había impuesto por no acudir un día a su puesto de trabajo. "Nos cambian continuamente los cuadrantes de los turnos, de tal manera que a veces es difícil saber si te toca ir a trabajar. Hay que estar muy pendiente porque los turnos cambian a cada rato". La mujer tiene 61 años y padece fibromialgia agravada por problemas en hombros, manos y rodillas que han hecho que tenga reconocida una discapacidad del 33%. En diciembre hará dos años que trabaja en la contrata, pero su vida laboral es más extensa. Formada como maestra, ejerció por un tiempo antes de que sus achaques se agudizaran. "Fui maestra, luego cuidé a mi familia y después trabajé en un supermercado. Ahora estoy en los centros sociales, pero me gustaría saber si mis compañeros y yo somos algo más qué despojos humanos, así al menos me hacen sentir a mí".

Los empleados de la contrata cobran una media de 600 euros netos, frente a los cerca de 1.300 euros que ganan los funcionarios municipales por hacer una labor similar. "Entiendo que ellos son funcionarios, pero no nos abonan ni los gastos por desplazamiento", dice la empleada.

En función del turno establecido por semana, los trabajadores deben hacer un máximo de cinco horas si les toca ir de mañana, seis si es por la tarde, y ocho horas los fines de semana. Según los trabajadores de la contrata, a veces la empresa les obliga a hacer jornadas de once horas o más. "He llegado a hacer doce horas un día. Guardo todos los cuadrantes. Me exigieron hacer once en el centro social de San Claudio uno o dos días a la semana y me negué", dice una empleada.

El director de la empresa explica que las jornadas de once horas tienen matices. A raíz de hacerse cargo del servicio en los centros sociales y las salas de estudio de Oviedo y Gijón -antes prestado por Ilunion, con un convenio laboral propio- SBC instauró el convenio estatal para personas con discapacidad. Al parecer, Ilunion permitía descansos semanales de día y medio, mientras que SBC, dos días, por lo que hubo que ajustar los turnos y rehacer los cuadrantes para que el número total de horas fuese el correcto. Según Pérez Nievas, la posibilidad de recuperar las horas de trabajo era trabajar once horas un día a la semana, pero sin imposiciones. "Es opcional trabajar 11 horas un día a la semana. Así se lo comunicamos a los representantes de los trabajadores". La contrata municipal instalará un sistema informático para fichar la entrada y salida de los trabajadores, pero hasta que llega la maquinaria, usa registros de papel.

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