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"Desde que empezó la crisis hemos vendido muchos cachopos"

Óliver Arias, en su carnicería de Valentín Masip. IRMA COLLÍN

No es que estén haciendo el agosto, pero Óliver Arias y su socio no pueden quejarse de las ventas que están teniendo desde que comenzó la crisis generada por el covid-19. La Casina del Cachopo, la carnicería que regentan en la calle Valentín Masip, ha registrado estos dos meses mejores cajas que en otros periodos del año en los que había plena actividad por las calles. Y es que su producto estrella triunfó durante el encierro. "Desde que empezó la crisis hemos vendido muchos cachopos, pero también hemos notado un cambio a la hora de comprar por parte de los clientes. Se están llevando cachopos, sobre todo de cara a los fines de semana, pero ha aumentado mucho la venta de otro tipo de productos. Se ha vuelto a comprar más como se hacía antes", dice Arias. Y se explica. "Al estar la familia más junta y más unida se tiende a comprar para más días y productos que sean para guisar, para cocidos o para otro tipo de comidas que den de comer a toda la familia", explica.

A lo largo de todo este tiempo, la carnicería solo ha estado dos días cerrada por motivos de seguridad. "Noté unos pequeños síntomas de malestar y ese mismo día decidimos cerrar hasta que no me hiciese la prueba del coronavirus. La hice y dio negativo, pero aún así estuve dos semanas encerrado en casa por seguridad, abrieron mi socio y el empleado que tenemos", matiza Óliver Arias. Ahora en su carnicería no falta ni uno solo de los elementos recomendados por las autoridades sanitarias para evitar la propagación del virus. "Tenemos pantallas protectoras, mascarillas, geles, control de accesos... Los clientes pueden estar tranquilos".

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