El colegio público Gesta ha elegido esta semana para entregar a sus alumnos el material escolar que tenían en el centro y al que no habían podido acceder a causa de la pandemia. Decenas de familias acudieron entre la incertidumbre de cara al inicio del próximo curso y reconociendo que el confinamiento no les ha puesto las cosas fáciles, pero aun así, todas han sabido salir adelante.

Para Patricia Taboada, con dos niños en el colegio, Celia, de 5º de Primaria, y Ramón, de 1º, el confinamiento fue "un poco complicado", porque tenían que "compaginar el teletrabajo con las tareas de los dos niños y de su hermana mayor, que ya va al instituto. Aunque no adelantaron materia, había que estar pendientes por internet, adquirir libros, etcétera. Elena Sánchez y Alberto Fernández, padres de Pablo, de 1º de Infantil, y Sofía, de 1º de Primaria, aseguraban que el confinamiento se les hizo a los niños algo largo. "Al principio fue más llevadero, pero con el paso de los meses se les hizo un poco más cuesta arriba, sobre todo a la mayor, que echaba de menos estar con iguales, con gente de su edad", asegura el padre. Y para la pareja, "compaginar el teletrabajo con los deberes fue bastante costoso y estresante".

En cuanto a lo que vendrá el próximo curso, la sensación que predomina es la de incertidumbre. "Ojalá puedan asistir de forma regular a los centros; a los pequeños parece que se va a conseguir, pero hasta que llegue la vacuna todo va a ser bastante incierto", señala Alberto Fernández.

Patricia Taboada también muestra su incertidumbre sobre lo que ocurrirá en septiembre, si será suficiente con las mascarillas y el distanciamiento social para prevenir y estar lo más cerca de la normalidad.

En cualquier caso, la entrega del material es casi ya el punto final de un curso inédito y atípico que, aunque se ha superado, nadie quiere que se repita.