Sanz Montes: “Hay quien aprovecha la pandemia para imponernos sus ideologías políticas”

El Niño Jesús se quedó ayer sin los besos de los feligreses ovetenses que completaron el mermado aforo de la Catedral con motivo de la clásica misa de Navidad en la que el arzobispo, Jesús Sanz Montes, lamentó los efectos de la pandemia, lanzando algún que otro dardo a los políticos y su gestión de la crisis. “Hay mucha gente asustada, que tiene miedo y ha perdido la esperanza. Hay otros que están aprovechando para otras cosas en medio de una situación así de dura, para imponernos sus ideologías, sus leyes abusivas y sus interesadas historias”, acusó el prelado en una homilía centrada en la conmemoración del nacimiento de Cristo.

Sanz Montes sostuvo que la difícil situación actual da todavía más motivos para conmemorar la llegada del Salvador. “Los cristianos creemos que podemos y hasta debemos celebrar la Navidad, precisamente cuando más arrecia lo que nos puede acorralar la alegría y ensombrecer nuestra esperanza”, indicó en un claro llamamiento a los fieles para que se carguen de esperanza durante estas fechas tan señaladas. En su intervención, el máximo representante de la Diócesis se refirió al coronavirus como “pandemia intrusa” y recordó a los más golpeados por sus efectos. “Ha llevado –el virus– al traste el trabajo de personas que vivían del sudor de su frente, sumiendo a sus familias en situaciones que no pueden llegar a final de mes”, señaló en su discurso.

La celebración, en la que el deán, Benito Gallego, y el canónigo de la Catedral, José Luis González, acompañaron a Sanz Montes, comenzó a las doce, pero fueron muchos los que llegaron con varios minutos de antelación para coger sitio. Fieles de todas las edades, pero muchos en familia acudieron sin saber cómo se resolvería la imposibilidad de besar la imagen del Niño Dios en tiempos de pandemia. Al final, Sanz Montes cogió la imagen, elevó los brazos y la mostró a los presentes en una simbólica bendición colectiva que sustituyó las colas de otras ocasiones para besar y tocar al Mesías.

Al final de la celebración, que se alargó durante casi una hora, el canónigo de la Catedral y Delegado Episcopal de Liturgia invitó a los feligreses a acudir a la misa que tendrá lugar al mediodía de Año Nuevo. La misma volverá a estar presidida por el Arzobispo y supondrá la bienvenida a un 2021 cargado de grandes citas para la Iglesia. “El 1 de enero empieza el Año Santo Xacobeo del que Oviedo es origen y el 13 de octubre se conmemoran los 1.200 años de la catedral”, apuntó el canónigo como motivos para afrontar el próximo año con más ilusión.

El cabildo confía en la mejora de la situación sanitaria y el atractivo de Oviedo como lugar de paso obligatorio de muchos peregrinos para vivir un año de mucha actividad en San Salvador, donde algunos fieles aprovecharon ayer para visitar la girola recién restaurada.