La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La última consulta de Teresa Arias: la emocionada despedida de unos vecinos de Oviedo a su médico

Los pacientes homenajean a la doctora por su jubilación tras 28 años en Colloto: “Es imposible contener las lágrimas, son como mi familia”

La emotiva despedida de los vecinos de Limanes a la médica de su centro de Salud

La emotiva despedida de los vecinos de Limanes a la médica de su centro de Salud Amor Domínguez

Para ver este vídeo suscríbete a La Nueva España o inicia sesión si ya eres suscriptor.

La emotiva despedida de los vecinos de Limanes a la médica de su centro de Salud Félix Vallina

A la doctora Teresa Arias le dijeron que tenía que salir de su consulta y acercarse a la recepción del ambulatorio de Colloto para recoger unas recetas, pero al mirar hacia la calle casi le da un vuelco al corazón. Decenas de vecinos de la localidad, en concreto de la parroquia de Limanes, se habían puesto de acuerdo con su enfermera y la esperaban para rendirle un merecido homenaje el día antes de su jubilación. Teresa Arias pasará mañana consulta por última vez después de casi 42 años de carrera en la atención primaria, 28 de ellos en Colloto y junto a las familias que ayer la despidieron. “Es imposible que no me caigan las lágrimas, son muchos años y estoy viendo a gente con la que tengo una relación muy cercana. Son casi como de la familia”, decía la médica visiblemente emocionada. “No sabía nada de todo esto. Me tuvieron engañada toda la mañana”, añadía haciendo referencia a sus compañeras de trabajo.

No es extraño que Teresa Arias tuviese hoy el corazón en un puño. Esta ovetense, que llegó a Colloto en el año 1993 procedente de un anterior destino en Pola de Lena, forma parte del pueblo. “Cuando vine estábamos sólo dos médicos, Vicente López, que ya se jubiló hace dos años, y yo. Trabajábamos en el viejo ambulatorio, donde todo era muy antiguo y las salas muy pequeñas”, explica Arias, que lo recuerda con humor. “De aquella teníamos con nosotros a médicos residentes en formación. Yo estaba con uno que era muy alto y muy fuerte, un paisano hecho y derecho que pasaba consulta en una sala mínima y con una mesa de máquina de escribir. Aquella imagen era de risa”, afirma entre risas.

Los pacientes aplauden a la doctora Arias durante el homenaje. | L. Murias

Actualmente, los médicos que trabajan en el centro de salud de Colloto siguen saliendo a realizar servicios a los domicilios, pero cuando Teresa Arias llegó al pueblo era mucho más habitual. Aquello hizo que la relación con los pacientes se fuese fortaleciendo. “No había tantas facilidades para acudir al ambulatorio como ahora. Yo iba con mi coche a todos los sitios y así ibas conociendo a las personas mayores, a sus hijos e incluso a sus nietos. A lo largo de todos estos años he mantenido relación directa con distintas generaciones, y eso es algo que humanamente es muy bonito”, asegura la doctora. “La verdad es que he estado muy a gusto en Colloto. Los pacientes han sido siempre muy cariñosos y muy respetuosos con mi trabajo”, añade.

Aunque tantos años de entrega merecen un descanso, Teresa Arias asegura que va a echar mucho de menos la consulta. “La jubilación da unas cosas y quita otras. A mí me gusta mucho mi trabajo, para mí es muy gratificante lo que hago y en ese sentido me da mucha pena dejarlo, pero también creo que hay que dejar paso a los jóvenes”, dice Arias, que a partir de ahora empezará a disfrutar más de sus aficiones. “Me gusta mucho caminar, pero por caminos, no subir a las montañas. De hecho soy una ‘pisapraos’. También me gusta leer, la música, ir a conciertos... En ese sentido creo que no me voy a aburrir”. Arias tampoco está dispuesta a perder el contacto con Colloto ni con sus compañeros. “Si me llaman seguiré yendo a las cenas porque entre nosotros tenemos muy buen rollo”, afirma. Aunque la pandemia no ha hecho que su último año sea el mejor de su carrera, la doctora confía en que las vacunas sirvan para empezar a ver la luz al final del túnel. No obstante, desde el punto de vista sanitario, también piensa que hay otras cosas que mejorar. Los médicos ya estábamos muy saturados de trabajo antes del coronavirus y lo seguimos estando ahora”, asegura.

La presidenta de la asociación de vecinos de Limanes, la entidad organizadora del homenaje, asegura que los pacientes van a echar mucho de menos a Teresa Arias. “No hay nadie que no hable bien de ella. Conoce a las familias y a las personas por el nombre. Sabe todos los problemas de cada uno y cuando hay un contratiempo llama, se entera y se interesa. La quiere todo el mundo, trabaja un montón de horas. Es entrañable y muy responsable”, dice Eva Sánchez. La doctora Arias recibió como regalo un ramo de flores, un Barbón de Faro –una pieza de alfarería– “y un papiro con palabras y agradecimiento por todos estos años de entrega”.

Compartir el artículo

stats