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Jacobo de Miguel Pianista, abre mañana el festival “Vetusta & Jazz”

“Animo a toda la familia a venir al concierto, con distancia física pero no emocional”

“En los ochenta pasó por aquí hasta Miles Davis, quién sabe por qué dejaron de funcionar los festivales de jazz en la ciudad”

El pianista ovetense Jacobo de Miguel.

El encargado de insuflarle el primer soplo de vida al jazz de la ciudad será el pianista Jacobo de Miguel (Oviedo, 1973). De Miguel abrirá el festival “Vetusta & Jazz”, mañana, a las 19.00 horas en el Filarmónica, en formación de cuarteto. La programación de cuatro conciertos que atraerán a grandes nombres de la escena como Chano Domínguez o Yamandu Costa se enmarca dentro del ciclo “Oviedo es cultura en primavera”, patrocinado por LA NUEVA ESPAÑA.

–Abrir un festival, hacerlo en casa y, además, que sea de jazz.

–Siempre es un placer y una oportunidad muy bonita poder actuar en tu ciudad. Más si es con un trabajo nuevo, en el que, además, prácticamente me presento como compositor y cantante. Y en un festival de jazz, al que le dedico mis mejores deseos y que tenga una larga andadura. Animo a toda la familia a venir al concierto, con distancia física, pero no emocional.

–La programación del género en la ciudad, lleva mucho tiempo sin conseguir continuidad. ¿Por qué?

–Pues no lo sé, el pasado se explica por muchas circunstancias. Pero no tiene por qué tener nada que ver con el futuro ni el presente. Y el presente es este ciclo que ahora comienza y del que estoy muy orgulloso de participar. La inclusión del género en la programación cultural de la ciudad es riqueza, es diversidad y es conocimiento. En los ochenta pasó por aquí hasta Miles Davis, quién sabe por qué dejó de funcionar en su día. Ahora tenemos este festival, no será difícil que sobreviva si hacemos las cosas bien.

–¿Qué presentará en el Filarmónica?

–Llegamos en formato cuarteto, con Ton Risco al vibráfono , la percusión y los coros, Kin García al contrabajo, el batería gijonés Manu Molina y luego yo al piano, pero también como compositor, arreglista y cantante. Lo que yo creo que se va a representar es una música mestiza, deudora de un montón de cosas. Habrá textos de carácter marcadamente personal, una música que bebe de la clásica, de la improvisada, del jazz, del pop... Resumiendo, y simplificando, aunque sin ser para nada preciso, se podría decir que el concierto será algo así como un modelo de cantautor jazzístico.

–¿Cómo se llevan el jazz y la composición?

–No van reñidas, conviven perfectamente, y en el concierto convivirán los dos mundos. Habrá improvisación, pero también una parte de música escrita muy amplia. Presentaremos bastante canción de autor, pero dentro de los cánones estilísticos del jazz. Será un concierto entero en torno a mi música, lo que será novedad, al igual que algunas canciones que presentaremos.

–¿Las letras también escritas por usted?

–Sí. Llevo un tiempo muy metido en la composición de textos. Son canciones en español, porque no concibo otra opción como compositor. La mayoría de los temas tienen que ver con disyuntivas, dudas, problemas. Son cosas íntimas y cercanas y no las puedo hacer en un idioma distinto al que me acompaña. Puede ser que el jazz esté muy vinculado al inglés, quizás por el origen americano del género o por la hegemonía anglosajona en casi todos los ámbitos.

–Imagino que ese impulso a la composición tiene que ver con el frenazo del sector cultural durante la pandemia.

–Pues el parón me ha dado para muy diversas vivencias. Hice cosas que nunca había hecho, escribir un cuarteto de cuerda y un montón de textos que, de forma directa o indirecta, estarán en lo que estaré tocando en el Filarmónica.

–Y, por lo demás, ¿cómo fueron estos meses?

–El balance total no puedo hacerlo en negativo. Como cualquier acontecer vital trae un aprendizaje. Hubo momentos mejores y peores tanto a nivel personal como profesional. Pero ya tocaba ir volviendo a la normalidad.

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