“Aún sabemos muy poco sobre las mujeres y casi todo está escrito por hombres; por eso quise dedicarme a ello”. Lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA la escritora Laura Freixas, (Barcelona, 1958), que acaba de publicar “Saber quién soy”, obra en la que registra una vida cotidiana, examina una conciencia, refleja el proceso de escritura e indaga en ciertos dilemas y contradicciones derivados de la situación de las mujeres.

“Yo, de pequeña, creía que los hombres llevaban una vida mucho más interesante que la de las mujeres; mi padre esquiaba, buceaba y hacia vuelo a vela, mi madre le esperaba; por eso tenía la sensación de que las mujeres tenían una vida aburridísima, si no fuera por la lectura”, aseguró Freixas, que abrió el ciclo de Tribuna Ciudadana con motivo de una nueva edición del premio “Tigre Juan” de Novela, que concede la asociación cultural ovetense.

“En la sociedad franquista era mas fácil para los hombres obtener satisfacciones reales en el ámbito profesional. Ese desfase es el que lleva a las mujeres a leer, para huir un poco de esa existencia”, añadió. Laura Freixas también dejó constancia de su clara vocación literaria, patente desde que era niña. “Siempre he querido ser escritora, cuando me preguntan el motivo o me lo pregunto a mí misma, digo que la vocación me viene de mi madre, una gran lectora. La recuerdo siempre leyendo. Cuando la veía más viva e interesada era cuando estaba sumergida en las páginas de un libro”, asegura Freixas, que tituló su charla “Lo autobiográfico y lo femenino en literatura. Mi búsqueda de una tradición”.

Precisamente esa búsqueda es lo que la llevó a explorar la literatura femenina y la forma de abordar ciertos temas que, a su juicio, aún no están suficientemente tratados. “Cuando me quedé embarazada quise encontrar libros sobre el asunto y curiosamente apenas había nada”, aseguró. “Si quería ser adúltera tenia toda una traducción literaria a la que acogerme, pero para ser madre no tenía ninguna referencia, eso me sorprendió bastante”, recalcó.

Freixas fue presentada por Virginia Gil Torrijos, vicepresidenta de Tribuna Ciudadana y escritora, que recomendó a todos los hombres presentes en la sala leer sus libros “para saber de verdad qué es lo que pasa por la cabeza de ese colectivo femenino que constituye más de la mitad del mundo y del que tan poco se habla”.

“Para mí, la escritura fue una especie de compromiso entre aquella vida que me esperaba y lo que yo quería hacer”, reconoció la autora, hija de una familia de la burguesía catalana en la que el padre se dedicaba a su empresa y la madre era básicamente una ama de casa que tenía una vida de puertas adentro. “Me fui acostumbrando a que para mí, la vida tenía una dimensión literaria. Estudié en el Liceo Francés y cuando viajé a París pude compararlo con lo que había leído antes; me pasó lo mismo cuando fui a Inglaterra”, explicó.

Uno de los momentos clave de su vida fue cuando descubrió en la Biblioteca Nacional los diccionarios de la Literatura Universal y se dio cuenta de que en ellos apenas se hablaba de personajes femeninos. “Casi todos eran hombres, con estereotipos que se repetían, de forma individual o en pareja; las mujeres sólo salían reflejadas en personajes definidos por su relación con los hombres: solteronas, vampiresas o bellas indiferentes”.

Laura Freixas fundó en 2009 “Clásicas y modernas”, una asociación por la igualdad de género de la que es presidenta de honor desde 2017. Freixas ha traducido los diarios de Virginia Woolf y André Gide y las cartas de Madame de Sévigné, entre otras obras. Formó parte del jurado del Premio Nacional de las Letras y del Premio Nacional de Narrativa. Ha sido profesora invitada en varias Universidades de Estados Unidos y es conferenciante habitual dentro y fuera de España.