El guitarrista gijonés Armando Orbón ha dado la vuelta al mundo con su guitarra y ayer presentó en el Club Prensa Asturiana el disco titulado “Una guitarra, un mundo”, que conmemora el V Centenario de la primera vuelta al mundo de Francisco de Magallanes y Juan Sebastián Elcano. “Ha sido un honor participar en este trabajo”, aseguró el músico, que en septiembre inicia una gira que le llevará a Roma, Brindisi y otras ciudades italianas, y también a Albania, acompañado por el guitarrista gijonés Emilio Ribera, que ayer actuó en el Club acompañando al maestro Orbón.

La presentación corrió a cargo del escritor y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA José María Ruilópez, a quien le une a Orbón una estrecha relación con Cuba. “Armando Orbón no coge la guitarra, directamente la abraza; no la mueve, la zarandea”, señaló Ruilópez, que tampoco obvió la importante carrera internacional de Orbón. El director de cine Fran Vaquero resaltó la oportunidad de un disco que también representa un homenaje a Antonio Pigafetta, un noble italiano del Renacimiento que fue explorador, geógrafo y cronista al servicio de la República de Venecia. Acompañando a Francesco Chiericati, se trasladó a España en 1518 y tomó parte en la expedición de Magallanes, que culminó con la primera circunnavegación del globo en 1522, realizada a bordo de la nao Victoria, única que regresó a España. Pigafetta fue uno de los 18 hombres que sobrevivieron al viaje y volvieron en la nao, de los 265 de la tripulación inicial. Su relato de los hechos se titula “Relación del primer viaje alrededor del mundo (1524)”, también conocido como la “Relación de Pigafetta”.

“Una guitarra, un mundo” es un proyecto auspiciado por la Embajada de España en Roma, el Instituto Geográfico Nacional de Italia y la Academia de Historia de España en Roma.

Orbón y Ribera interpretaron ayer algunos de los temas incluidos en el disco, como “Encouragement”, de Fernando Sor, “Quebra Queixo”, de Celso Machado; la Danza Número 5 de Granados o “Con mis dos manos”, original de Emilio Ribera. Orbón también deleitó al público con un fragmento del Concierto de Aranjuez del Maestro Joaquín Rodrigo.

“Si hay una palabra que defina a este guitarrista es el eclecticismo. Armando dice que la música es intuición hecha sonido y lo demuestra con creces”, señaló Ruilópez. “La técnica y el mecanismo son cosas que se estudian, pero hay un elemento mucho más importante que es la pasión”, aseguró Orbón, que también está muy involucrado en causas sociales.

Armando Orbón, que tras vivir en Nueva York o Madrid, prefiere el campo asturiano, donde encuentra la paz, pertenece a una familia de gran raigambre musical es sobrino del compositor y crítico astur-cubano Julián Orbón, y también descendiente del pianista Benjamín Orbón.